Capítulo 3

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No lo podía creer, esa cosa estaba viva.

Estaba que se moría del miedo y volvió a retroceder cayendo nuevamente.

Todo estaba en un perturbador silencio hasta que un fuerte sonido perteneciente a la caja se escucho y otra vez silencio. Vacilante y paranoico se acerco notando como ya no había nadie.

¡¿Qué demonios?! ¡Pero esa cosa-!

Un sonido metálico llamo su atención repentinamente, las cadenas que antes mantenían el cuerpo inmóvil cayeron a su lado. Bueno lo que sea que sea estaba vivo y totalmente libre.

¿Este será el fin de Park JiMin?

Sin pensarlo dos veces corrió tratando de escapar del pequeño pozo en el que se había caído, fallando poco a poco cuando la tierra a sus pies solo se hundía al momento de subir.

Una presencia a sus espaldas le hizo helar la sangre, tenía miedo de voltear así que solo habló.

―¿M-Me harás d-daño?―Musito pero para el penetrante silencio era más que audible.

Los grillos y pequeños insectos cantaban tenuemente como segundo plano mientras él sentía al ser cada vez más cerca de su espalda.

―Depende.―Contestó la voz después de lo que para JiMin parecía una eternidad.

Mierda su voz era tan grave...

―¿D-De qué?

―Si cooperas...―El pelirosa lo pudo sentir, el pecho ajeno estaba apoyado en su espalda y juraba sentir su aliento en la sensible piel de su cuello. JiMin palidecio más cuando cayo en cuenta de que no estaba tocando el suelo, ya que no hundido la tierra detrás de él. Ahora si había entrado en pánico.

―S-Sí pero, no me m-mates por favor...―Suplico cerrando fuertemente sus ojos.

―Expon tu cuello chico, no dolera mucho.― ¿Qué? Demonios JiMin puede jurar haber visto una sonrisa surcar sus labios.

Acatando la orden lo expuso un poco nervioso.

Algo parecido a un gruñido abandono los labios contrarios para luego sentir su cabellera ser sujetada con fuerza y jalada para así exponer parte de cuello y nuca.

Mentía si dijer que no estaba ansioso y asustado por la próxima acción del chico pálido.

Su caliente respiración choco directamente esta vez en su cuello haciendo sus bellos erizarse, lo tenía tomado de las manos apricionando su cuerpo contra la tierra. En cualquier otra situación eso lo hubiera prendido pero esta no era la situación.

Su lengua recorrió su nivea piel, se sentía algo rasposa pero eso no fue nada a comparación del inexplicable dolor que sintió después.

―¡Ah!― Su corazón latía erráticamente y sentía su sangre correr en dirección a su cabeza para luego caer debilitado entre los brazos ajenos.

Y luego solo ya no sintió nada.

[. . .]

Podía sentir la suave base bajo su piel pero ¿cómo?...

Abriendo sus ojos con pereza los recuerdos llegaron a él como una fuerte oleada sentándose de golpe y perdiendo el equilibrio.

―Tranquilo chico.― Se escucho una segunda voz. Alarmado volteo topandose con él.

―¡T-Tú! ¿Qué eres y que quieres de mi?.―Preguntó retrocediendo y tomando una almohada como arma.

Mi Pálido Vampiro | Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora