Capítulo 26

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Maratón
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―¡¿Dónde esta SeokJin?!―Gritó NamJoon desde el marco de la puerta. Su semblante era algo desaliñado pero desesperado.

―Hey, calmate un poco NamJoon, esta dentro.―Respondió simple YoonGi.

―Dejame verlo, por favor. Necesitamos hablar.―Espetó angustiado.

YoonGi me dio una última mirada al moreno y miro dentro de casa donde JiMin asintió saliendo de la sala, recibiendo la señal dejo pasar a Nam. "No te exaltes" le había susurrado YoonGi antes de irse de casa tomado de la mano de JiMin.

SeokJin solo vestía una pijama gris con calcetas blancas, al parecer su color favorito no quedaba con aquel putrefacto sentimiento. NamJoon solo lo había visto así de ido una vez y fue cuando le informaron que su madre había fallecido... ¿Qué tanto se podía derrumbar a una persona?

El pelipurpura le extendió un ramo de rosas rojas que había traído pero este fue ignorado por sus rojizos ojos y labios abultados, efectos del llanto.

―Habla.―Fue lo único que su rota voz producto de toda una noche de sollozos se dispuso a entonar.―Te escucho.

NamJoon tomo asiento frente a él y suspiro pesado.

―Lo siento.

―¿Cuando y con quién?...―Se abrazó a si mismo.

―Hace un mes con mi secretaria.―Confesó cabizbajo.

―... ¿Por qué?―Se quebró dejando salir lágrimas en silencio, sin expresión alguna.

―Ah.―Bufo pasando las manos por su rostro con frustración.―Un día antes de que todo eso pasara estaba muy estresado, cansado y de mal humor, tu empeoraste mi estado con tus actitudes mimadas y berrinchudas. Seguiste igual al día siguiente, ¿solo por un helado? Debes de saber que ya somos muy mayores para tales muestras de inmadurez.

A SeokJin le dolía... le pulverizaba el corazón la manera tan despota en la cual se expresaba de él el amor de su vida, pero sabia que debía seguir.

―Al dia siguiente todo en la constructora empeoro y el trabajo subió... Me quede hasta tarde y...―Pausó.―Bueno... Tuve sexo con mi secretaria esa noche.

SeokJin se aferro con fuerza a la pequeña caja de pañuelos y se dejo caer en el porta brazos del sofá, sus lagrimas no dejaban de salir, ¿como era tan facil de decir pero tan difícil de procesar?.

―¿Qué pensaste cuando se lo hacías? ¿Pensabas en mí? ¿P-Pensaste en lo que pasaría s-si tu novio se enterase?...

―No... P-Pero solo fue una vez.

Entonces Jin conecto sus miradas sonriendo levemente; incrédulo.

―¿Te das cuenta de lo que acabas de decir? N-No trates de justificarte... Es lo peor que puedes hacer.―Pauso soltando el primer sollozo desde que tal persona surco la puerta.―¿Dónde está el NamJoon que amo? El que habla con la verdad, el que solo tenía ojos para mi, al que le encantaba mi forma de ser... El NamJoon que me amaba.

NamJoon solo miro sus dedos cabizbajo sintiendo sus lagrimales picar.

―Aquí estoy jinnie, yo te amo.―Murmuro.

―No. No lo haces... ¿En que momento dejaste de hacerlo? ¿En que momento mis actitudes te hicieron hartar? ¿En que momento dejaste de amarme de la forma mas pura que conocía?... Eso es lo que m-más duele... No saber en que momento de todos estos años fue.―Sus ojos era el mar salado mas abundante de emociones de la habitación, su diluvio no quería terminar pero debía.―Te amo como no tienes idea, te amo de la forma que siento desgarrar mi corazón de dolor al saber que alguien más probó de ti, te sintió de la forma que solo yo creía saber... Quisiera que sintieras este dolor pero no creo puedas.

Mi Pálido Vampiro | Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora