El comienzo de la batalla.

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Toda la noche, los soldados Arlequíes caminaron rumbo a Tridiant, en el noroeste del reino. El rey, ordeno que los soldados pararan en frente de una colina, Eduard, llamo a Farcol, para que lo apoyara en algo.

— Detrás de esa colina esta la muralla de Tridiant, el mayor miedo de los soldados. — expresó Eduard a Farcol.

— ¿Qué es lo que sugiere? — preguntó Eduard.

— Que los soldados descansen, una hora... apenas el solo comience a romper el alba, subiremos aquella colina.

Farcol contesto que sí, este, paso en voz silenciosa las indicaciones del rey, este último, se quedó mirando la colina, en la oscuridad de la madrugada.

— ¿En qué piensas? — preguntó Eldaí, la cual llegó por detrás del rey.

— En nada... — contestó Eduard — ¿Sabes? no quería que vinieras.

— Aun me hubieras atado a una silla, yo tarde o temprano hubiera llegado aquí.

— Lo sé... por eso no te detuve.

— Je... ¿Crees que esto funcione?

— Tiene que... porque no sé lo que voy a hacer si no... No solo el destino de mi reino está en juego, hoy peleamos por el destino del mundo conocido... si ganamos, tengo un plan... si perdemos... moriremos con honor.

— Yo solo vine a verte perecer, solo a eso... je.

— Je, que cruel eres... pero aun así... sigues siendo linda.

— Gra... Gracias... — Eldaí se sonrojó un poco, y se puso nerviosa — ten... — ella extendió su mano hacia Eduard.

Ella le dio un frasco con un líquido azul, Eduard lo tomo y lo miro algo extrañado.

— Reuní parte de mi magia en este frasco, — Eldaí , algo nerviosa comenzó a explicarle a Eduard — si lo lanzas a una superficie esta explotara, puede ser útil para matar a Giliam.

— Te lo agradezco... — contestó Eduard agradecido — te vez linda.

Eldaí solo se sonrojo, y comenzó a tartamudear.

— Me... — Eldaí comenzó a alejarse, sin dejar de mirar a Eduard —mejor me voy a descansar.

— Eldaí... — Eduard detuvo su avance — quiero que estés a mi lado.

Eldaí sonrió, y confirmo con la cabeza, esta, algo apenada y sonrojada se marchó, por parte de Eduard, bueno, él también se fue a descansar un rato. El tiempo comenzaba a ir de prisa, pronto, el sol comenzaba a hacer su aparición paulatinamente en el cielo nocturno, el rey se levantó, y comenzó a subir a la colina. Los demás soldados comenzaron a despertar, tomaron sus cosas, y comenzaron a subir la colina en el orden preestablecido.

En la sima de la colina, estaba Farcol, el cual, mostraba una expresión de asombro y de preocupación. Eduard, Eldaí, Raiyol, Maguz y Krafdal subieron a donde Farcol estaba montado en su caballo. Eduard, bajo de su corcel, y subió el resto del camino a pie.

— Me temo que lo que temía que pasara, está pasando... — dijo Farcol a su rey — mire.

Farcol señalo detrás de la muralla, viendo como una línea roja y curva, se comenzaba a formar, el origen de la línea se elevaba unos veinte metros por en sima del suelo, y su curvatura, iba hacia abajo formando un arco a medias, formando lo que parecía culminaría en una triqueta.

— Los seres demoníacos están muy seca. — dijo Eduard con temor.

— ¿Qué vamos hacer? — preguntó Raiyol.

— Detener a Giliam... — respondió Eduard — Maguz, es obvio que esto es obra de Fremian, ¿Puedes localizarlo y detenerlo?

— No se encuentra en la muralla... — contestó Maguz rápidamente — creo que... está en Gorfant en Giliam.

— ¿Por qué iría a Gorfant? — cuestionó Krafdal.

— Para evitar que lo detuviéramos. — contestó Maguz con firmeza.

— ¿Ahora qué? esto es demasiado malo.

— No... creo que es algo bueno, tengo un plan... — Maguz se dirigió con el rey — Eduard, tú y las topas detengan a Giliam, el portal consta de dos fases, el primero y segundo enlace... ese es el primero, cuando ese arco se complete y llegue al suelo, se abrirá el portal, aunque no en su totalidad. Después de eso sigue la segunda fase, otro arco se abrirá sobre de ese mismo, solo que más delgado y este estará centrado con el primer arco, el segundo arco también desembocara en el suelo, al final, formaran una triqueta. Una vez de termine el segundo arco, ya no se podrá desmantelar el portal... pero para llegar a eso se necesita mucho tiempo... yo detendré a Fremian, usted confronte a Giliam.

— Entiendo... — Dijo Eduard — llévate a los soldados que necesites.

— Solo requiero treinta. — dijo Maguz.

— Y si el portal se abre en su primer enlace... ¿Qué hacemos? — Preguntó Farcol.

— Confrontarlos. — contestó el rey.

Farcol solo suspiro, y se vio obligado a acatarse a las órdenes del rey, Maguz, camino junto con Krafdal. Maguz azoto su báculo contra el suelo, y treinta sellos se crearon debajo de veinte soldados, estos de un momento a otro, fueron tele transportados por Maguz.

— Raiyol... da la señal. — ordenó el rey.

Raiyol tomo su cuerno Arlequí, lleno sus pulmones de aire, puso su cuerno debajo de su enorme cabeza ovalada inclinada horizontalmente, y soplo aire al cuerno, haciendo que este sonara violentamente. Los soldados en la muralla, miraron hacia la colina, la cual estaba a casi un kilómetro de distancia de la muralla, vieron como poco a poco, los soldados comenzaban a posarse sobre la colina, todos dando gritos de batalla. Giliam salió de la muralla, y contemplo a los Arlequíes, los cuales eran iluminados por detrás por el sol de mañana.

— Vaya, tardaron menos de lo que creí... — dijo Giliam bastante admirado — ¡Preparen todo, cañones, catapultas, ballestas y todo lo que encuentren, los soldados en tierra, confróntenlos!

Los Giliumnitas algo desorientados por lo que estaba pasando, comenzaron a alistarse. En la colina, todos listos, en formación listos para avanzar.

— Raiyol, que avance la primera legión... — ordenó nuevamente el rey.

Raiyol toco otra vez el cuerno, y los escuderos, veteranos y novicios se prepararon, así como los caballeros con espada.

— ¡Todos listos! ¡Por Arlequia! — gritó Eduard fuerte y claro.

Los soldados antes mencionados comenzaron a descender, corriendo ordenadamente hacia la muralla, los soldados de Giliam, comenzaron a salir de la muralla, encaminándose a confrontar a los Arlequíes. Las catapultas fueron lanzadas, y los cañones disparados, aunque unas piedras y cañones lograron llegar a las tropas, los novicios, se alzaron en pedestales sobre del ejército, crearon escudos de plasma para retener los impacto de las balas.

Los Giliumnitas se acercaban más y más a los Arlequíes, los miles de escuderos al frente se formaron, poniendo sus escudos delante de ellos, otros novicios crearon otros pedestales por sobre de los soldados, y dispararon plasma contras los enemigos, matando a gran parte de ellos, los que lograban sobrevivir al plasma, eran asesinados por la barrera de escuderos, pronto la violenta batalla comenzó. Los escuderos duraron mucho tiempo en su formación, hasta que una bala de cañón destruyo parte de la barrera, haciendo que la formación de rompiera, y provocando que estos lucharan cuerpo a cuerpo, apoyados por los veteranos, caballeros con espada, y siendo protegidos por los escudos de los novicios.     


Arlequia. ( La guerra entre tres reinos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora