El sucesor del mago.

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Maguz, dejo a Krafdal donde estaba, por su parte, Krafdal se escondió detrás de uno de los pilares de las escaleras. Maguz se alzó sobre un pedestal, y mirando a Fremian le grito. Fremian derribo a uno de los soldados y lentamente volteó la mirada, viendo a Maguz sobre el pedestal azul.

— ¿Cómo me veo? — dijo Maguz, llamando la atención de su más acérrimo rival.

— Eres un altivo... — contestó Fremian — yo soy más fuerte que tu... debí matarte el mismo día que mate a nuestro maestro...

— Exacto... pero cometiste un error.

— Sí... pero ahora... no cometeré el mismo error.

Bastante molesto, Fremian lanzo una ráfaga de energía roja de su báculo hacia Maguz, en ese momento, Maguz convirtió el pedestal en un tobogán, el cual, lo hizo caer, y resbalarse hasta donde estaba Fremian. La ráfaga de energía roja que había lanzado Fremian, se dirigió a las escaleras, pero antes de que destruyera estas, explotó. La ráfaga había chocado con una barrera, la cual era el bucle de realidad, en ese momento, la barrera se destrozó, permitiendo a Krafdal avanzar. Maguz peleo contra Fremian con todo lo que tenía, pero nada de esto fue efectivo, con su báculo y algo de magia, Fremian tomo a Maguz del cuello, primeramente lo hizo chocar contra la pared, y después lo aventó al piso, Maguz trato de levantarse, pero no podía.

— Solo mírate... eres débil... — le decía Fremian mientras lo sometía.

Fremian giró a Maguz boca arriba con un giro de mano.

— Ahora, te destruiré a ti, a estos soldados... y a tu aprendi... aprendiz... — Fremian se quedó pensando por un momento.

Después de pensar, el mago desvió la mirada a todos lados, mirando a los soldados en el suelo inconscientes y viendo el hechizo de bucle de realidad roto, tratando de encontrar a Krafdal, fue entonces que escuchó pasos en las escaleras de caracol.

— Imposible — expresó Fremian incrédulo.

— ¡Kraf... Krafdal, corre! — gritó Maguz con el poco aire que tenía.

Fremian lanzo a Maguz contra la pared, se comenzó a elevar por el aire, tratando de encontrar a Krafdal. Fremian recorrió las escaleras desde el comenzó de estas. Krafdal, estando a solo breves pasos del corredor que iba hacia el balcón, se vio obligado a esconderse detrás de otro pilar.

— Hola... — Fremian comenzó a hablar, tratando de infundir miedo en Krafdal — sé que estás ahí... sal ya... si sales ahora, prometo que tu muerte será rápida y sin dolor... bueno, más o menos.

— Eso, como promesa, es muy mala. — susurró Krafdal.

Su respiración se agitaba cada vez más, en él se notaba un gran temor, y por lo tanto, la necesidad de defenderse, inconscientemente, apretó el mango de su espada, y del filo de la misma, se empezó a notar una esencia azul, así como pequeños rayos y chispas que salían de esta. Por otra parte, su mano izquierda, comenzó a emitir una luz naranja, como una especie de fuego, Krafdal, estaba preparado para defenderse.

— ¡¿Dónde estás?! ¡Sal ahora maldito bastardo! — Fremian comenzó a molestarse.

Desde abajo, Maguz y algunos soldados, comenzaron a recobrar la consciencia. Maguz, al ver a Krafdal en peligro, azoto su báculo contra el suelo, y se tele transporto hacia las escaleras, este apareció en frente de Fremian, el cual se encontraba levitando. Maguz lanzó su energía contra él, pero Fremian la desvió y lo sometió, lo llamo bastardo y los lanzó cuatro escalones más arriba, en ese momento, Fremian vio como Krafdal corría sin cesar para llegar al corredor.

— Ya te tengo. — dijo Fremian.

El mago molesto, levito hasta llegar a Krafdal, y estando cerca de él, interrumpió su avance.

— Ahora muere maldito bastardo...

Antes de que pudiera hacerle algo, una flecha lo atravesó, Fremian, solo escupió sangre de la boca, y miro hacia abajo, viendo a una arquera preparando otra flecha. Una vez la arquera tuvo lista la nueva flecha, la lanzo a Fremian; este, una vez recibió el impacto, se quitó la flecha del pecho sin mostrar señal de dolor.

— ¡¿Bastardo es la única palabra que sabes?! — preguntó Krafdal con algo de dificultad.

Krafdal estiro si mano izquierda, lanzando una ráfaga mortífera de magia hacia Fremian, este retrocedió debido al impacto, pero después recibir la ráfaga, se dirigió frenéticamente a Krafdal una vez más; sin embargo, Krafdal apunto su espada hacia él, lanzando fuertes relámpagos a Fremian, el cual, impacto contra la pared creando una gran explosión.

— ¿Y eso que fue? — preguntó Maguz sorprendido.

— No lo sé. — contestó Krafdal igual de sorprendido.

— Cada vez me sorprendes más... yo nuca te enseñe la ráfaga de los magos, y mucho menos el relámpago...

— Solo lo pensé y salió.

— Te diré algo... tu reúnes todos los requisitos que un aprendiz podría tener... ahora ve... mata a ese elfo.

— Gracias.

El ahora joven mago, subió las escaleras rápidamente, con una enorme sonrisa en su rostro, sabiendo que había obtenido el cariño y aprecio de Maguz. Todos dependían de él, los diez hombres que resguardaban la entrada de la torre, peleaban a muerte contra más de dos mil soldados Giliumnitas, juntando así un número de hasta ciento veinte hombres muertos. Los lords cubrían a los caballeros plumas rojas, los maestros, utilizaban sus dos espadas, con una bloqueaba los ataques, y con la otra los penetraba; los ractars, corrían a gran velocidad, golpeando y creando severas contusiones en los soldados que trataban de entrar a la torre.

Krafdal, llego al corredor, al fondo de este, logro ver el sol de mañana pegando de frente, y una silueta arrodillada en un balcón. Krafdal, comenzó a caminar con cautela, con su espada en mano, viendo con desconfianza a aquel elfo. La victoria ya era suya, o al menos eso creía. Antes de que pudiera acercarse más, dos estatuas de roca se despegaron de la pared, estas, tomaron enormes mazos, e intimidaron a Krafdal.

— Genial... ahora la decoración me ataca. — se dijo Krafdal con algo de fastidio y de miedo.

Lo único que pudo hacer, fue ponerse a la defensiva y prepararse para la batalla.             

Arlequia. ( La guerra entre tres reinos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora