Las tropas.

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En el palacio, mientras los soldados entrenan afuera, y en la ciudad también, los líderes de las provincias, tenían una grata comida, en el salón del trono, todos, se levantaron para recibir al rey, el cual iba entrando junto con Raiyol, Dartañan, y toda su guardia. El rey, invito a Dartañan a sentarse a su lado, y a Raiyol al otro; mientras comían, Eduard le preguntaba cosas sobre lo que había vivido, sobre su familia, así como otras cosas más.

Pronto, los líderes de veinticinco provincias, ya se encontraban ahí, lo cual implicaba que sus respectivas tropas ya estaban en la capital. El ejército Arlequí, está compuesto de gran variedad de soldados, primeramente están los escuderos, estos poseen lanzas largas, y escudos que rectangulares que cubren su cuerpo de pies a cabeza.

Después, se encuentran los caballeros con hacha, soldados con las armaduras más pesadas y resistentes del reino; estas, son capases de detener ráfagas de magia de magos experimentados; las armaduras cuentan siempre con cascos enormes con solo una ranura horizontal para poder ver, siempre con su capa roja, que es el color de la bandera del reino; la arma predilecta de esta tropa, son las enormes hachas de un solo filo. Posteriormente, tenemos a los maestros y los lords, los cuales, son los más fuertes, debido al fuerte entrenamiento al que son sometidos, desde pequeños; estos conforman parte de la guardia del rey, debido a su alta efectividad en combate; cualquiera que quiera pertenecer a ellos, debe renunciar a la posibilidad de tener una vida normal, y de esta manera, entregarse al servicio del rey y de su nación. Los maestros, poseen dos espadas, con las cuales crean estrategias complejas y efectivas, los lords solo tienen una, pero con esa, es suficiente para matar a miles de enemigos, no por nada son los guerreros más cercanos al rey.

Los plumas rojas, se les dice así por sus cascos, los cuales en la parte final de la cabeza, tienen una melena roja, la cual llega hasta el final del cuello, siempre llevan sus capas rojas con orgullo, y sus cascos poseen una ranura en forma de mariposa con alas extendidas, la cual, va desde el mentón, hasta las cejas, donde se abre para dar paso a la visión. Posteriormente, tenemos a las arqueras, todas mujeres, una orden repleta de amplia capacidad, son las arqueras más efectivas en los veinte reinos. Después están los novicios, murciélagos, y magos, que conforman el ejército de ataque a distancia.

También se destacan los ractars, que son las criaturas más rápidas de todas, siempre montados en sus raptores, dinosaurios con garras que cortan como navajas; los ractars, nunca utilizan espadas, sino bates de acero con púas afiladas, así como otros instrumentos, como: navajas pequeñas, las cuales lanzan con mucha precisión; ellos son los encargados de llevar los cuernos de guerra, los cuales generan un ruido ensordecedor y dan indicaciones a todo el ejército.

Estos soldados, desempeñan papeles importantes en la ejecución de las estrategias del reino, pero aún hay más soldados especializados. Arlequia, se vuelve a sumir en la oscuridad, mientras la capital está llena de soldados, magos, novicios, y murciélagos, en el cuartel donde se habían alojado Maguz y Krafdal, estaba casi desolado, obviamente los soldados de ahí se habían dirigido a la capital.

Mientras en el palacio se congregaban todas las tropas, Maguz, en solo un día, había llenado a Krafdal de tareas duras, donde él, llegaba a esforzarse al límite. Krafdal, no podía soportar tanto maltrato de parte de Maguz, este último, trataba de probar cuanto llegaba a aguantar este joven; así mismo, trataba de sacar el poder mágico nato que todos los seres de la tierra tiene, el cual solo se explota con el dolor y el sufrimiento; esto, facilitaría las cosas para que el aprendizaje de Krafdal no fuera tan largo. Pasaron unas horas, hasta que al fin, le llego su descanso al joven, a las diez de la noche, donde después de permanecer todo el día en ayunas, y haciendo tareas difíciles, al fin logro comer, un solo plato de lentejas, estaba demasiado cansado, todo el esfuerzo de ese día, había concluido en poder crear, y lanzar una pequeña bola de plasma.

— ¡¿Como que ya no hay más?! — reclamaba el joven Krafdal.

— Entre más grande sea tu sufrimiento, más rápido dominaras el pasma — Maguz solo respondió eso, mientras degustaba un gran trozo de carne — solo es cuestión de paciencia y así, dominaras el plasma, pero, hoy dejaste mucho que desear.

— Todo mi maldito esfuerzo para nada, siquiera creo que merecería un pedazo de carne.

— Un mago nunca maldice, tus maldiciones se pueden hacer realidad... y no sabes a quien le llegarán esas maldiciones. Solo relájate, aunque las pruebas parezcan difíciles, no te preocupes... vendrán cosas peores.

— ¡¿No sé qué pueda ser más difícil que permanecer dos horas acostado en lava hirviendo?!

— ¿Te quejas de eso? Yo estuve enserado en una cueva por veinte años, todo para dominar el poder máximo de un mago, sin comida ni agua, ya no te estés quejando muchacho.

A Krafdal no le gusto la actitud de Maguz, él, no sabía si aguantaría un día más, o si tendría que morir en el intento, él simplemente se quedó toda la noche pensando, en que era lo que tenía que hacer.  

Arlequia. ( La guerra entre tres reinos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora