La torre de Gorfant.

22 5 2
                                    

Mientras Eduard se preguntaba qué era lo que pasaba con el portal, Maguz, se adentraba a lo que era el último piso de la torre. Maguz, se asomó levemente por el marco de la puerta, ese piso, tenía más escaleras, las cuales llegaban a un balcón que sobresalía del trecho, lugar donde se encontraba el elfo. Maguz miró como Fremian se encontraba de espaldas, hablando con seres que parecían estar detrás de una grieta dimensional, la cual irradiaba una luz roja; sin embargo, Maguz no reconoció a Fremian, sabía que era él, pero no parecía él, tenía algunas protuberancias que sobresalían de su cabeza y espalda.

— Krafdal escúchame — Maguz comenzó a susurrarle a Krafdal — yo entraré primero, y a mi señal ustedes entran...

— No debemos entrar todos juntos... — interrumpió Krafdal.

— Escúchame... obedéceme, siquiera una vez en tu vida... quiero que me apoyes en algo... ¿Ves esas escaleras?

El joven se asomó por la puerta entre abierta.

— Si. — contestó Krafdal después de mirar.

— Al final de estas, hay un balcón, afuera de este se encuentra un elfo en estado de adicción. —dijo Maguz.

— ¿Esta drogado?

— No, solo lo digo para que lo logres identificar, quiero que subas por esas escaleras, y que le cortes la cabeza, de esta manera se romperá el conjuro y el portal se desmantelará.

— Pero yo... yo no... — el nerviosismo se apoderaba de Krafdal.

— Krafdal... confío en ti...

Maguz miro a Krafdal con ojos de esperanza, cosa que él nunca se hubiera imaginado, él no pudo negarse, y accedió con un movimiento de cabeza. Fremian, término de hablar con lo que parecían ser los seres demoníacos, la grieta desapareció, y en ese momento, Maguz entró a la habitación sigilosamente, usando su hechizo de invisibilidad. Pero, antes de que pudiera alejarse más de cinco metros de la puerta, una ráfaga de magia lo puso contra la pared, dejándolo incapaz de moverse a medio metro arriba del suelo, pegado a la pared.

— Vaya, vaya, vaya... hola Maguz, sabía que vendrías. — el malvado hechicero se dio media vuelta.

— Si ya lo sabias pudiste haber preparado un vaso de agua para mi ¿No? — dijo Maguz con mucha dificultad, debido a que el hechizo lo presionaba contra la pared.

Fremian solo sonrió, y se acercó lentamente a Maguz. En ese momento, Maguz pudo contemplar a lo que se enfrentaba en realidad, un Fremian bastante mórbido y perturbador se le acerco. Fremian parecía demacrado, con los ojos rojos, la piel descascarada y en aparente periodo de putrefacción, con algunas protuberancias saliendo de su cabeza y en otras partes de su cuerpo.

— ¿Qué fue lo que te paso? — preguntó Maguz perturbado por el aspecto de su enemigo.

— Un terrible efecto secundario de usar la magia de la dimensión demoníaca... — contestó Fremian con una voz distorsionada — ya nada puede detenerme... ¿Ahora, sabes cuál es la diferencia entre tú y yo?

— Que yo aún tengo todos mis dientes y mi atractivo visual.

— Que yo soy más poderoso que tu...

— Esa es otra diferencia... pero... ¿Sabes qué?... hombre precavido vale por dos... ¡Ahora!

En ese momento, Fremian volteo hacia la izquierda, donde vio a Krafdal con una esfera de plasma sonoro, el cual disparo hacia Fremian; este salió volando hasta chocar con una pared, y terminar del otro lado de la habitación. Maguz se liberó del hechizo que lo tenía contra la pared, fue entonces que todos los soldados entraron, Maguz encanto la espada de todos los soldados, así como el resto de sus armas y escudos.

— Krafdal sube ahora. — Le ordenó Maguz al joven.

— Si. — contestó Krafdal.

Krafdal comenzó a subir por las escaleras de la habitación, mientras que Maguz se preparó con el resto de soldados, uno de estos le comento "Esto será sencillo... no es tan malo como enfrentarse a un ejército de un millón de soldados" a lo que Maguz le respondió "Cuando te enfrentes a Fremain, desearas estar peleando contra un ejército de un millón de soldados". Fremian salió del hueco de la pared, y rápidamente este fue rodeado por los soldados y por Maguz.

— Pero que insulto... — comentó Fremian bastante indignado — traes a tus lacayos a que peleen conmigo, merezco mucho más.

— Ay, ya cállate... — contestó Maguz bastante fastidiado por las palabras de Fremian — ¡Ahora!

Todos los soldados se lanzaron contra Fremian, este con su báculo y su magia los derribo uno a uno, Maguz se incorporó rápidamente; ambos chocaron sus báculos, una vez estaban de frente, Maguz lanzo una ráfaga de magia hacia Fremian, pero este se movió y la ráfaga salió por la pared de la torre, creando una gran explosión. Esta explosión, alertó a los soldados que resguardaban los atrios de la torre. Todos continuaron enfrentándose a Fremian con todo lo que tenían, pero al parecer, ninguno era capaz de detenerlo. Mientras tanto Krafdal subía las escaleras de caracol lo más rápido que podía.

— Sigue, sigue, sigue... — se decía el joven a sí mismo — uf... pero que escaleras tan largas.

Más sin embargo, en ese momento, el elfo, repitió la parte de conjuro más fuerte, repitiendo una frase extraña cuatro veces. En ese momento, la torre genero un destello rojo muy potente, este llego al cielo, despejando parte del cielo cubierto por nubes. Maguz y Krafdal miraron hacia arriba desde sus respectivos lugares, con rostro de sorpresa y de admiración, y a la vez de terror.

En Tridiant, la batalla continuaba, pero entre la conmoción de la batalla, un destello rojo distrajo a todo. El portal había abierto, la primera fase, estaba lista. Lentamente, el portal se comenzó a hacer más claro, el cielo se tornó de color rojo, y del portal, salió una criatura enorme, de cuatro metros de altura, siendo esta bípeda, con la piel de color rojo, con dos hachas en las manos y descubierto desde el torso hacia arriba, dando un gran rugido de batalla.

— No puede ser. — dijo Eduard al escuchar el rugido de la bestia.        

Arlequia. ( La guerra entre tres reinos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora