Un grato recuerdo.

22 4 1
                                        

Émelti, rara vez se notaba sorprendido; sin embargo, al ver a la persona que se encontraba ahí, sintió como una grata sensación recorría todo sus cuerpo, un sentimiento de nostalgia, de sorpresa, y en parte de miedo.

— ¿En verdad eres tú? — preguntó el anciano bastante confundido.

— Hola tío... — La figura se encontraba sentada en un bloque de roca tirado en el suelo — soy yo, Peter ¿Cómo has estado?

— ¿Pero cómo?... — Émelti se acercó con sorpresa en sus ojos — se supone que estás muerto desde hace más de un siglo

— No intentes encontrar explicación, hay cosas que deben quedarse en misterio... — contestó Peter, mientras recibía las caricias de su tío en las mejillas — te vez bien... no me sorprende el hecho de que vivas aquí.

Émelti no lo resistió más, dejo de tocar las mejillas de su sobrino, y se fundió con él en un enternecedor abrazo. Peter correspondió el abrazo, sin embargo, a diferencia de su tío, él parecía no tener tanto sentimiento.

— ¡Te he extrañado demasiado!... — dijo Émelti con lágrimas en los ojos — mi sobrino.

— También yo... — contestó Peter — pero, no es momento de lamentos... veo que aun coleccionas dragones.

— Los salvé de los seres demoníacos... los resguarde en esta fortaleza.

— Debes de usarlos para algo bueno.

— No entiendo ¿A qué te refieres? — Émelti se alejó de su sobrino.

— Arlequia está en peligro... los seres demoníacos regresaran en pocos minutos... tú tienes que ir a detenerlos.

— No lo entiendes... en la última batalla contra ellos, lo perdí todo... me fue complicado volver a alzarme, esto poco que vez, es lo único que me queda... no arriesgare lo que me queda para proteger una Arlequia que no me pertenece.

Aquel hombre, con una voz enternecedora le dijo.

— Tío... solo escúchate... ¿Dónde está mi tío...? — Peter comenzó a caminar alrededor del anciano — ¿Donde esta aquel Émelti que me apoyaba, y que protegía a las personas sin importar su nacionalidad?... sé que es difícil volver al campo de batalla... volver a enfrentar a los seres demoníacos... pero si no lo haces, esta Arlequia nunca se convertirá en la Arlequia que tu defendiste un día... pronto los cristales volverán a renacer...

— ¿Los cristales? — preguntó Émelti sorprendido

— ¿Quieres ver de nuevo a tu amada Arlequia? lucha por ella.

— Ven conmigo, juntos derrotaremos a los seres demoníacos.

— No los has entendido, solo tú puedes hacerlo, yo ya me pase de mi marca... yo, ya no estoy aquí...

En ese momento, Émelti despertó de golpe, este, permanecía en el trono del ejército blanco. Por la conmoción de lo que parecía ser un sueño, se levantó del trono, miro todo a su alrededor, buscando a su sobrino, pero no lo encontró en ningún lado, inclusive su dragón lo miró extrañado. Después de un rato, el anciano miró hacia enfrente, y contemplo una paloma blanca, la cual, estaba posada en una roca siendo iluminado por un rayo de sol, que entraba por el techo agrietado de la fortaleza. Al verlo, la paloma emprendió el vuelo, siguiendo el rayo de luz, hasta la grieta por donde este entraba, apenas la paloma salió del recinto, Émelti bajo la mirada, y sonrió; posteriormente, miró a su dragón, el cual lo miraba de forma extraña.

— Mordo... — Émelti llamó por su nombre a la bestia — llama a todos los dragones... iremos a Tridiant.

En ese momento, su dragón, emocionado, lanzo de la boca una ráfaga de fuego hacia el techo, terminando esta con un rugido ensordecedor, el cual fue respondido por miles de dragones en toda la fortaleza.

Arlequia. ( La guerra entre tres reinos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora