Capitulo 44

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—No, no estoy celoso y no sé por qué le entregas los pantalones a la vendedora porque no te los vas a llevar. No entiendo por qué estás tan contenta cuando podría asesinarte con mis propias manos.

_________ sonrió encantada.

—No te preocupes, James —contestó __________ entregándole a la vendedora dos vestidos, una blusa de encaje y dos chaquetas—, creo que estás empezando a aceptar que un hombre puede ver a su esposa como algo más que a una mujer que produce hijos. Te parezco sexy, ¿verdad? No quieres, pero así es. Sé sincero.

—__________...

—Admítelo, James —murmuró ___________—. Anoche en el coche me deseabas. No querías dejarme embarazada, lo que querías era compartir sexo salvaje conmigo. Creía que no me encontrabas atractiva y ahora resulta que empiezo a pensar que sí. Tú no te sientes cómodo porque soy tu esposa y tienes esa idea distorsionada de que se supone que no debes sentir deseo por mí.

—No me puedo creer que estemos manteniendo esta conversación en una tienda —protestó James.

__________ lo besó en la mejilla.

Se sentía fenomenal, feliz.

—Me encanta que me encuentres sexy. Es lo que quería. Ahora lo único que falta es que me poseas como anoche.

—Anoche me comporté como un bruto. Te hice llorar.

—Lloré porque te fuiste. No me hiciste daño en absoluto. Me encantó —le aseguró ___________.

—Pues no se va a repetir —le aseguró James apretando los dientes.

—Claro que se va a repetir —ronroneó ___________—. Y para asegurarme ahora mismo vamos a ir a una tienda de lencería. Quiero ropa interior muy sexy, de ésa que te compras para seducir.

—¿Para seducir a quién? —quiso saber James algo pálido.

—A ti, por supuesto —murmuró __________—. Hasta ahora, siempre te has encargado tú de la parte de la seducción, pero eso va a cambiar. Estamos casados y la seducción forma parte de mi trabajo. No estoy hablando de hacer hijos sino de hacer el amor.

—___________... _____... —murmuró James quedándose sin palabras.

—¿Me das la cartera o quieres que la busque yo? —le dijo al oído.

James le entregó la tarjeta de crédito a la vendedora.

—No te creas que te vas a poner esa ropa fuera del palacio —le dijo mientras ___________ agarraba las bolsas con su ropa nueva.

James la encontraba sexy.

Aunque no quisiera admitirlo, le gustaba.

Genial.

Ahora, lo único que le quedaba era convencerlo de que era perfectamente aceptable desear a su esposa.

Mientras James conducía hacia el restaurante pues habían cambiado la limusina por un Maserati precioso, __________ abrió una de las bolsas y sacó el vestido de lunares. A continuación, se deslizó por el asiento y se quitó la camiseta.

—¿Qué haces? —farfulló James.

—Tú ocúpate de la carretera —contestó __________—. Me estoy cambiando de ropa para ir al restaurante.

—No te puedes desnudar así, en el coche.

—No te preocupes, no es la primera vez que lo hago. Nadie se da cuenta.

—Pero yo, sí.

—Bien —sonrió __________poniéndose el vestido, y sintiendo su maravillosa tela sobre la piel.

A continuación, se puso los zapatos a juego, se peinó con los dedos y se puso un poco de brillo en los labios.

—¿Qué fue de aquella chica tímida e inocente con la que me casé? —se preguntó James en voz alta.

—Murió —contestó __________ acercándose a él y pasándole el brazo por los hombros—. Por cierto, me encanta este coche.

—No te entiendo —comentó James exasperado.

Sin noche de bodas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora