38| Luna de miel

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Antes de dejarlos con la lectura quería agradecer a la personita que me recomendo la canción que esta en multimedía. Muchísimas gracias 😉.

Y segundo, quiero informarles que ya esta disponible la sinopsis de mi próxima historia. la encuentran en mi perfil como: "Amore Inattendu".

Ahora si, que disfruten este capítulo. 😁

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Ángel se mordió el labio inferior tratando de acallar los sonidos que salían de su boca, porque había que decirlo, las paredes de aquella habitación no era lo que se dice demasido gruesas y no quería estar montando un espectáculo para los oidos de nadie. Pero eso era una tarea casi imposible cuando tenía a Morgan contra su cuerpo restregándose con fervor como si quisiera imprimirle su aroma.

La espalda del chico se arqueó sin poder evitarlo y un gemido roto salió de su boca cuando sintió a su rubio esposo golpear ese punto en su interior que lo hacía alucinar. Cerró sus manos sobre los hombros de Morgan para sostenerse y estrecho sus piernas alrededor de la cintura del rubio.

—Insisto en que no deberíamos estar haciendo esto— dijo de manera entrecortada consiguiendo un rosoplido y un jadeo como respuesta antes de que Morgan le diera una estocada profunda y potente. —Ahh...maldición, has eso de nuevo.

—Creí que no deberíamos estar haciendo esto— dijo Mo con tono juguetón mientras le mordía la barbilla.

—No te hagas el listillo conmigo, señor Smith.

—¿O qué?

«Buen punto» pensó Ángel pues con su espalda pegada contra la pared y su cuerpo siendo utilizado de manera deliciosa por Morgan, no es que pudiera hacer mucho. Pero entonces una idea cruzó por su mente y no dudo en utilizarla. Apretó sus paredes internas un poco más de la cuenta y sonrio triunfal cuando Morgan soltó una maldición.

—¡Ángel!— lo reprendió el rubio sin dejar de sonreir y darle una mirada cargada de deseo, con sus orbes verdes más oscuros de lo normal.

—¿Qué? ¿tú empezaste?— sonrio inocente y soltó los hombros de Mo para poder agarrarlo de las mejillas y besarlo profundamente.

—Demonios, no se que voy a hacer contigo.

—Lo que hacías antes estaba funcionando bastante bien— comentó meneando sus caderas.

La respuesta de Mo fue un par de estocadas cortas pero certeras que lo tuvieron mordiéndose los labios otra vez. Su boca fue reclamada por la del rubio mientras las embestidas se volvían más rápidas.

El efecto Ángel (Suerte #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora