Epílogo

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Algunas semanas después...

Faltaba tan solo una semana para navidad y por lo tanto Mo había sido arrastrado hacía el centro comercial y el supermercado en busca de las cosas que necesitarían para la cena, que cabe resaltar, aquel año se celebraría en la residencia Smith. Esa sería su primera celebración oficial como familia y por lo tanto Morgan entendía lo serio que Ángel se había tomado todo aquello.

Su chico quería hacer las cosas bien, así que a Mo solo se quedaba a su lado asegurándole que todo saldría perfecto y ayudándole en lo que fuera necesario.

—¿Qué más nos falta?— Preguntó Ángel dándole un vistazo a su carrito de la compra y seguramente haciéndo un lista mental de todo.

—Papá— dijo Parker tirando de sus pantalón.

—¿Qué pasa ratoncito?

—¿Puedo llevar a Pay-Pay al pasillo de los juguetes?

Cualquiera pensaría que dejar a dos niños ir solos era un error. Pero Morgan había descubierto que Parker era muy protector con la pequeña, además el pasillo de los juguetes no estaba demasiado lejos. Así que asintió.

—Pero deberan quedarse juntos ¿de acuerdo?

—Si— Parker sonrio ampliamente al tiempo que tomaba la mano de la pequeña y con la otra se acomodaba las gafas sobre el puente de la nariz. —Volveremos pronto.

—Okey.

Se fueron dando saltitos mientras hablaban o al menos Payton lo hacía y Parker asentía en respuesta. En esos pocos meses los niños se habían vuelto muy unidos, a tal punto que Pay se quedaba a dormir con ellos al menos un viernes cada quince días y cabía resaltar que Ángel se había ganado el puesto de tio favorito para la niña. ¿y cómo no? se decía Mo, si Ángel era todo dulzura con la pequeña, la mimaba, la hacía reir todo el timepo...era simplemente perfecto.

—¿A dónde fueron?— Ángel se acercó a él con el ceño fruncido.

—Pasillo de los juguetes.

—Oh, me sorprende que hayan demorado tanto en escabullirse— el chico soltó una risita— las compras pueden ser aburridas.

—Bueno, yo solía pensar eso— dijo Mo rodeando la cintura de su esposo y atrayéndolo un poco más cerca. —que las compras eran aburridas y tediosas.

—¿Y ahora ya no?— Preguntó el de cabellos oscuros con curiosidad.

—No, ahora lo disfruto mucho — le besó la sien — es una de las muchas cosas que me gusta hacer con Parker y contigo.

Ángle le sonrio y se puso ligeramente de puntitas para darle un beso en la barbilla. Ese pequeño gesto era uno de los favoritos de Mo, lo llenaba de una calidez que se esparcía por su pecho y sabía que eso no era más que llana y pura felicidad. La cotidianidad con la que convivian era muy agradable y a veces al rubio le daba la impresión de que llevaban casados muchos años, cuando apenas hacía cosa de poco tiempo.

—A mi también me gusta hacer este tipo de cosas contigo— un beso mas fue depositado en su mejilla— Se siente bien, no sé como esxplicarlo es tan...

—Natural— completo el rubio ganándose un asentimiento entusiasmado. Esa era otra de las cosas que le gustaban a Mo. La manera en la que podían entenderse, incluso a veces con tan solo una mirada o un gesto.

—Exactamente eso. Pero bueno, debemos ir por el pavo y entonces estaremos listos para irnos.

—Muy bien.

—Iré por el y tú ve con los niños, no podemos dejarlos solos demasiado tiempo.

—Entendido papi.

El efecto Ángel (Suerte #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora