35| Esos momentos...

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Feliz inicio de semana querid@s addictoners!!!
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Se bajo de la camioneta y trotó todo el camino hasta el segundo piso.  Le echo un vistazo a su reloj solo para darse cuenta de que eran casí las ocho. A esa hora ya debería haber estado en el estudio, pero luego de dejar a Parker en la escuela se dio cuenta de que había olvidado su cuaderno de bocetos en donde tenía un diseño inportante para una de sus citas de aquel día.

Cuando llegó a la habitación empujó la puerta con suavidad tratando de no hacer ruido. Cuando se fue con Parker, había dejado a Ángel durmiendo.

La semana anteiror había sido bastante movidita con la vista de sus padres y hermanos. Afortunadamente ellos habían decidido volver a Inglaterra y si, Mo los hecharía de menos (excepto a Shade), pero agradecía que la calma volviera porque había que decirlo, el clan Smith era ruidoso y hasta un poco hiperactivo. Sin mencionar que todas las mujeres de su familia había quedado encantadas con Ángel, no lo dejaban solo ni un minuto y era un poco ridículo, pero Morgan había tenido que luchar por la atención de su prometido. Fue una convivencia irritantemente divertida.

Pero de verdad agradecía que la rutina volviera y la casa quedara solo para ellos tres, sin mujeres encadiladas, sin padres y hermanos tratando de revelar todos sus vergonzosos recuerdos de la niñez y sin su sobrino Shade que no dejaba a Parker ni a sol ni a sombra.

Sonrio al ver a Ángel acostado sobre su estómago con las sábanas enredadas en su cintura. Era el día libre del chico y lo estaba disfrutando muy bien, después de todo Ángel había permanecido despierto hasta bien entrada la madrugada. Era a causa de el insomnio.

"Aun no me acostumbro a no trabajar de noche" había dicho Ángel y Morgan lo entendía. Después de todo hacia poco que su chico había renucniado a Hollis y las noches de insomnio eran un poco frecuentes.

Morgan se mordió el labio para luego sonreir al ver como la camiseta que Ángel utilizaba para dormir se le había subido dejando a la vista una franja de piel acaramelada y terza.  Maldición, los dedos de Mo picaban por acariciar esa piel...y todo el cuerpo de Ángel.

—Tu cuaderno de bocetos— se recordó en un susurro, entonces empezó a caminar hacia la mesita de noche, sin embargo Ángel girando sobre su espalda y refregandose los ojos fue todo lo que necesito para olvidarse de lo que estaba por hacer.

Soltó un suspiro apreciativo. Había algo sobre Ángel estando adormilado que lo ponía a mil.

—¿Jeremiah?— preguntó el chico con voz ligeramente ronca. El rubio mentiría si dijera que no le gustaba su segundo nombre saliedo de aquella preciosa boca. —¿Qué haces aquí? ¿Paso algo?

Ángel se sentó tratando de desenredar las sábanas de sus piernas. Tenía el cabello todo alborotado y cuando sus piernas quedaron libres, Morgan no pudo evitar quedarse embobado viendo sus extremidades, largas, fibrosas y torneadas.

—N-no, solo volví porque olvide mi cuaderno de bocetos— se obligo a decir.

—Ah, okey— Ángel se dejó caer de nuevo en la cama. —Pudiste haberme llamado y evitar conducir de regreso.

—Lo sé, pero no quería despertarte— Mo sucumbió a la tentación y terminó subiéndose a la cama, gateando hasta dejarse caer junto a su chico. —Anoche no podías dormir ¿cierto?

—Cierto— el de cabellos oscuros se giró y se abrazo a Morgan. —Trate de coinciliar el sueño pero no pude, así que salí un rato de la habitación para no molestarte.

El efecto Ángel (Suerte #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora