32| Rendirse por completo...

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—Deja de morderte las uñas— le pidió Mae mientras estacionaba su pequeño auto gris en enorme parqueo externo que pertenecía al complejo de convenciones de White Hole. —Me pones nerviosa.

—Lo siento— se disculpó obligandose a a alejar la mano de su boca.

Bajaron del auto y se encaminaron hacia las taquillas para poder entrar. Mientras esperaban en la fila, Ángel no podía dejar de cambiar el peso de su cuerpo de un pie a otro. Estaba ansioso, nervioso y un poco asustado por lo que podía suceder aquel día. En realidad le había tomado mucho trabajo decidirse para asistir a la Tatto Expo y estuvo a punto de no ir, pero se había parado fente al espejo en el baño de Brotherhood dándose palabras de animo: " puedes" "Morgan dijo que esperaba verte ahí" "No puedes faltar" "No eres un cobarde". Al final sirvió lo suficiente como para decidirse del todo, aunque parte del merito lo tenía Mae quien le había asegurado que estaría con él  todo momento.

Cuando llegaron al frente de la fila, Mae se aseguro de mostrar los pases VIP para que los dejaran pasar.

—¿Cón quién de los colaboradores vienen?— preguntó el encargado con una tablilla de madera y una lista sobre esta.

—Con Morgan Smith — respondió Mae en tono dulce.

El tipo le dio una mirada a la chica y luego le sonrio de forma seductora. Ángel parpadeó viendo el intercambio con algo de asombro. No sabía que a su amiga le gustaran los hombres de aspecto intimidante, porque había que decirlo... aquel tipo lucía peligroso con su considerable estatura y su complexión robusta, sin mencionar todos los tatuajes que adornaban sus brazos y los cuales eran visibles gracias a  la camiseta sin mangas que usaba. Y ni hablar de su barba espesa que terminaba de darle ese aspecto de motero renegado.

—Necesito que me digan sus nombre— dijo el señor intimidante sin quitar sus ojos de Mae.

—Ángel Gallardo y Mae Watson— y la chica seguía usando ese tono suave y meloso tan poco común en ella.

El tipo busco sus nombres en la lista y cuando los encontro se hizo a un lado para dejarlos pasar.

—Bienvenidos, que tengan una tarde agradable y pueden encontrar a los chicos de M³ en el stand número quince del salón  tres.

—Muchas gracias, guapo — Mae le guiño al tipo y tomo la mano de Ángel arrastrandolo hacia el interior del complejo.

—¿En serio estabas coqueteando con ese tipo?— preguntó curioso y solo obtuvo una rista como respuesta— No sabía que te gustaban los tipos que lucen como malotes.

—Bueno, no suelen gustarme tanto como los tipos divertdos y juguetones, pero los "malotes" como lo llamaste, a veces son los más dulces y románticos —La chica de ojos celestes le dio una mirada complice— ¿O me lo vas negar?

—¿De qué hablas?

—De que Morgan también luce un poco intimidante, pero en realidad no lo es.

Ángel se sonrojo y desvió la vista. No iba a negarlo, pero tampoco lo aceptaría en voz alta porque sabía que Mae no le dejaría en paz después de eso. Prefirió poner su atención en la enorme cantidad de gente que había asistido al evento. La mayoría eran personas que contaban con uno que otro tatuaje, pero también estaban las personas que no aparentaban ser de los que les gustara ese tipo de actividades.

El complejo de eventos estaba comformado por varios galpones que habían sido remodelados para que pudieran ser adaptados a cualquier tipo de eventos, desde convenciones como las de aquel día, hasta conciertos o congresos empresariales.

No tardaron en llegar al salón número tres en donde el señor malote dijo que estaba el Stand de M³. Al nada más entrar, Mae soltó un grito emocionado y le dio un empujoncito juguetón señalándole una enorme pancarta que pendía del techo en donde se podía apreciar a los tres tatuadores de M³, los hosts de aquel salón.

El efecto Ángel (Suerte #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora