El efecto Ángel (Suerte #5)

Capítulo Especial: Un pequeño empujoncito

Dos meses, habían pasado dos meses que se sentieron como una eternidad. Al menos así era para el pelirrojo quien no entendía porque se sentía un tiempo tan largo cuando había tantas cosas que celebrar. Por ejemplo estaba felices de saber que la rubia del demonio por fin había salido de la vida de Ángel y Parker. Según tenía entendido, la chica se había ido a la semana siguiente de ceder la custodia ¿A dónde? ni idea, pero tampoco es que le importara demasiado.

Lo segundo que tenían que celebrar era lo bien que Morgan lo estaba haciendo en su papel de padre. Se notaba a leguas la adoración que sentía por Parker. Lo mimaba, lo ayudaba con sus tareas y compartían mucho tiempo juntos. El instinto paterno de Morgan se había manifestado en todo su esplendor y tal parecía que cambiar sus noches de diversión en algun club nocturno por una noche de películas en el sofá con su pequeño no le molestaba ni un poco. Se veía muy comodo siendo un padre responsable.

Sin embargo había algo que faltaba...o mejor dicho alguien. Y ese era Ángel Gallardo. Mo les había contado que al parecer el joven guatemalteco estaba confundido y Messer lo entendía totalmente, con todo lo que Karen le había hecho pasar y las verdades que le había revelado de sopetón, eran normal que el chico se encontara perdido.

Pero Messer también entendía a Morgan, pues sabía lo que se sentía tener que sentarte y esperar que la persona a la que amas pueda estar en paz consigo mismo para volver a ti. Le había pasado con Joseph y aun recordaba lo deseperante que era no poder ir hasta él y abrazarlo, besarlo para hacerle saber que estaba con él. No le había quedado más que confiar en que Joseph volvería a buscarlo. Afortunadamente lo hizo; y Messer había esperado esos dos meses a que Ángel apareciera un día dispuesto a darle una oportunidad a su rubio amigo, pero eso seguía sin suceder.

Todos estaba preocupados por eso, incluso Joseph quien no solía ser demasiado expresivo para con los demás. Por eso Mess había tomado una decisión y eso era darle un pequeño empujoncito a Ángel, porque el chico se merecía ser feliz y estaba completamente seguro de que eso lo conseguiría al lado de Morgan.

Se acercó al escritorio en donde Sam tecleaba en su computadora. Ese día la pequeña Payton estaba con sus abuelos maternos así que Sam tenía el día libre.

—¿Oye Samy?

—Dime, cielo — respondió sin apartar sus ojos de la pantalla.

—No tengo citas para hoy ¿cierto?

—Ummm, bueno no en la mañana— hablo mientras revisaba la agenda — Pero si tienes una para las tres de la tarde.

—Oh, bueno. Entonces tengo tiempo de sobra.

—¿Para qué?— quiso saber la castaña con curiosidad pues era raro que Messer se ausentara.

—Es que tenía planeado hacerle una visita a Ángel y tener una pequeña charla con él— expuso su plan con libertad aprovechando que Morgan aun no llegaba al estudio.

—Oh, esa  es una buena idea— apoyo la castaña por fin dándole toda su atención. —Solo espero que no se lo tome a mal y se ponga a la defensiva.

—No lo creo...

—Si somos sutiles eso no pasara— Mike apareció de repente colocando su brazo sobre los hombros del pelirrojo dándole un pequeño susto.

—¿Vendrás conmigo?

—Por supuesto, necesitamos asegurarnos de que nuestro futuro hermano este bien y porque no decirlo, vamos a convencerlo de que Morgan es un buen partido.

Mess y la castaña rieron ante eso, pero ambos compartían la misma idea y ya consideraban a Ángel Gallardo como un futuro hermano. Vamos que era la persona especial de su rubio amigo y por lo tanto ellos no podían dejar que las cosas siguieran así.