19|Inevitable confrontación

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Mamá: Aun recuerdas que tienes familia ¿cierto?

Leyó el mensaje y soltó una risa suave, a veces su madre podía llegar a ser un poco dramática. Aunque en esta ocasión puede que tuviera razón, después de todo llevaba un par de meses sin hablar con alguno de los miembros de su familia.

Morgan: Lo siento, he estado algo ocupado por aquí. Pero prometo que llamaré pronto. Te quiero.

Mamá: Más te vale. Sabes que soy capaz de montarme a un avión solo para ir a jalarte las orejas ☺. Ten cuidado y recuerda que también te quiero, bebé.

Eso último lo hizo reir más fuerte. A veces era un poco vergonzozo saber que a los treinta años su madre seguía llamandolo bebé. Esa era la desventaja de ser el hijo menor del Clan Smith, la peor parte era que incluso sus padre y sus hermanos mayores solían llamarlo de esa manera y sin embargo los hechaba de menos.

Se sentía un poco culpable, ya que desde que conoció a Ángel había estado demasiado concentrado en molestarlo tratando de meterse en sus pantalones que había dejado de lado a su familia, algo que era poco usual en él. Morgan no solía concentrarse demasiado en una sola persona, ni siquiera en Messer. Si, podía ser que su enamoramiento con el pelirrojo fuera bastane fuerte pero ese nunca fue motivo para olvidarse de su propia familia, así que...¿cómo debía tomarse el hecho de que Ángel fuera capaz de hacerlo olvidarse del mundo?

Suspiró mientras encendía su camioneta. Llevaba varios días sin ver al chico de cabellos oscuros. La última vez que habían estado juntos fue cuando lo acompaño a C&B para firmar su contrato como modelo. Después de eso ambos habían estado demasiado ocupados, apenas si habían intercambiado un par de mensajes en donde Ángel le contaba como le estaba yendo. Morgan lo hechaba de menos y se moría por verlo, pero se había mantenido lejos pues no quería hostigarlo, después de todo los amigos no tienen que pasar todo el tiempo juntos ¿cierto?

Pero uno de los problemas era que Morgan no quería solo una amistad, quería más que eso...¿Cuánto más? ese era otro de los problemas, no sabía cuanto más de Ángel quería y tampoco sabía cuánto más podía ofrecerle, porque las relaciones serias seguian sin estar en su lista de "cosas que le gustaría tener". Y precisamente había tratado de mantenerse lejos. Lo había hecho bastante bien a decir verda, hasta ese día.

Detuvó su auto en el parqueo exterior de la escuela Ashton Whetmore. Sino estaba mal, faltaban alrededor de diez minutos para que los niños empezaran a salir, así que se recostó contra un costado de su camioneta agradeciendo que hubiera un árbol cerca que le brindaba sombra. Era consciente de las miradas que estaba atrayendo pero no le importaba en lo absoluto.

La razón por la que esraba ahí era simple y a la vez no. La parte simple era que quería ver a Parker, la compleja era que a pesar de poder ir a su casa y verlo ahí prefirió buscarlo en la escuela. Eso se debía a un suceso extraño del día anterior.

*
Morgan había estado trabajando con una clienta en el estudio, una mujer mayor que había decidido darle un giro a su vida y que mejor manera que hacerlo con un tatuaje. Así que el chico inglés había estado concentrado trabajando con ella, cuando recibio una llamada de un número desconocido, al principio pensó en no responder pero podía ser importante.

—Morgan al habla — había dicho con tono neutro.

—¡H-hola Mo!— Fue inevitable no sonreir al reconocer esa voz.

—¡Parker!— se disculpo con su clienta y salió de su estación para poder atender la llamada— ¿A qué debo esta agradable sorpresa?

—Solo quería saludarte y decirte que te extraño... ¿cuándo vendrás a verme?

El efecto Ángel (Suerte #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora