Año Cinco | Capítulo 1

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Estaba empezando mi tercera semana antes de volver a Hogwarts. Durante todo el verano había hablado con Draco, las chicas, los Weasley, mi prima y Harry.

- ¡Venga arriba, pedazo de gandules! - Exclamó entrando a la habitación de invitados de mi propia casa y quitando de encima las sábanas de Javi y Héctor. Ellos llevaban dos semanas en mi casa, me mandaron una carta diciéndome que sí podrían venir.

Flashback:

Me desperté escuchando un ruido extraño, estaba todavía amaneciendo y mi primer instinto fue coger la varita que tenía en la mesilla de noche y dirigirme hacia donde se escuchaba el sonido. Al llegar me encontré con Aura, mi lechuza, picoteando la ventana. Abrí al pobre animal y jugué un poco con ella mientras que le daba de comer y de beber, este verano la tenía exprimida, no paraba de mandar y recibir cartas. Cuando vi que estaba cansada la metí en la jaula y me dispuse a leer la carta.

Querida Emma:

Soy Héctor, y Javi. Te quería pedir un favor, ¿nos podemos quedar en tu casa durante las tres siguientes semanas, hasta que vayamos al mundial de Quidditch? Es que te explico la historia, Javi se iba a quedar en mi casa durante el último mes y medio de vacaciones porque sus padres se habían ido con unos amigos de viaje. Hasta ahí todo bien, pero es que ayer llamaron a mis padres del trabajo y se tienen que ir urgentemente a Brasil por una operación, ya sabes que son medimagos, entonces tenemos que encontrar una casa para quedarnos para no quedarnos solos durante lo que queda de vacaciones. Por eso te estamos pidiendo este favor, solo si tú quieres y tus padres te dejan.

Por favor contesta lo antes posible, es urgente.

Te quieren y te echan de menosJavi y Héctor.

Me había hecho mucha ilusión recibir esa carta, llevaba un mes y medio en nuestra casa de España y hace un par de días que habíamos vuelto así que no había visto a nadie físicamente desde que bajamos del tren.

En el momento en el que acabé de leer la carta me escabullí a la habitación de mis padres que se estaban levantando para ir al trabajo, necesitaba su permiso para que vinieran a casa.

- Papá, mamá- Les llamé mientras que ellos se estaban desperezando.

- ¿Qué pasó, hija? - Me preguntó mi padre un poco más despierto.

- Haber, acabo de recibir una carta de Héctor, nuestro vecino de Estados Unidos ¿os acordáis? - cuando ellos asintieron proseguí. - Él está con Javi, mi amigo, en su casa y ayer llamaron a sus padres de urgencia así que se tienen que ir de la casa y me han pedido si se pueden quedar en mi casa hasta que se vayan al mundial de Quidditch. - Tras unos momentos de silencio para que ellos lo pensaran pregunté- ¿Pueden quedarse?

- Por mí no hay ningún problema, en la habitación de invitados tenemos dos camas, ¿qué opinas Luis? - Mi madre había dado su aprobación, faltaba mi padre.

- Yo también creo que pueden venir, tenemos sitio suficiente y a parte vamos a necesitar un par de años extras para reformar el patio. Y ese chico me caía muy bien cuando vivíamos en Estados Unidos... por mi bien- Automáticamente salté encima de los dos dándoles un beso a cada uno en la cabeza.

- ¡Muchísimas gracias! Os aseguro que no darán ningún problema, son buenos chicos y mis mejores amigos. Les diré que utilicen la Red Flu. - Salí disparada del dormitorio de mis padres para escribir la carta de respuesta. No me enrollé mucho, solo les dije que sí que quería y que sí que me dejaban que vinieran, y que usaran los polvos Flu para llegar a mi chimenea en 15 minutos. Al mandar la respuesta le metí mucha prisa a Aura para que llegara lo antes posible. Me tumbé en la cama a esperar el sonido de la chimenea. Pasada alrededor de media hora lo escuché. Baje la escalera como un torpedo deslizándome por la barandilla y quedando justo en frente de la chimenea, allí estaban ellos.

Semi-Corazonada | Fred Weasley  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora