Semi-Corazonada | Fred Weasley

Capitulo 11:

Habían pasado cinco días desde aquel baile, mi primer baile en Hogwarts y creo que sería el que se me iba a quedar en la memoria durante mucho, mucho tiempo.

Por otra parte, faltaban dos días para que diera comienzo la segunda prueba. Había pasado los días y las noches repasando el pequeño plan que tenía por si acaso podía tener alguna fuga.

Una de esas veces estaba paseando por los terrenos después de las clases cuando me pareció oír algo inquietante.

- Mira que sabe mal esto... - Protestaba una voz que se me hacía conocida, pero no era momento te ponerme a pensar en donde había escuchado la voz si no de escuchar lo que decían.

- Ya deberías de estar acostumbrado, tío. - Decía una voz también conocida pero que sonaba más joven.

- Pues no, cada vez que la bebo me parece más asquerosa que la anterior. - Contestó tajante el hombre mayor. - Dejemos esto a parte, ¿sabes algo más sobre la chica?

- Sí, nuestras sospechas eran ciertas, es ella la persona que estamos buscando... pero la historia sigue siendo incierta. - Afirmó dándole un cierto aire de misterio.

- En un par de días si todo sale bien sabremos lo que necesitamos. - Noté como la voz iba cambiando y se iba alejando hacia dentro del bosque.

- ¿Qué mierda? - Susurré cuando no conseguí escuchar nada más. Me asomé por el arbusto en el que estaba escondida pero no vi un solo rastro, era como si nadie hubiera estado ahí.

Decidí concentrarme en la prueba que me esperaba en un par de días para no empezar a dar vueltas a las voces, pero me fue completamente imposible, no dejaba de repetir la conversación en mi cabeza imaginando a mucha gente con esa voz, pero no conseguía recordar nada.

- ¡Bu! - Exclamó alguien por mi espalda poniendo sus manos en mis hombros.

Instintivamente le di con el libro que tenía en mis brazos por el susto. - !Fred! ¡No me asustes! - Protesté cuando vi que era él, aún que por dentro me calmé bastante al verle

- ¿Qué pasa, mujer? Ni de normal estás así de estresada. - Se interesó sentándose en el banco en el que yo estaba de forma de indio.

- Nada, es por la prueba, zanahorio, me tiene de los nervios. - Le contesté diciendo la verdad a medias.

- Si hombre, y yo soy el mejor prefecto de la historia. - Comentó riendo y cruzándose de brazos. - Ahora en serio... ¿qué pasa, pequeña?

- Es eso de verdad, el hecho de estar tanto tiempo transformada no me inspira mucha confianza que digamos. - Dije omitiendo la parte de la conversación y de que pensaba que estaban hablando de mí.

- Ve practicando estos días, mira puedes intentar a transformar alguna parte de tu cuerpo durante la noche y ya verás como al día siguiente sigues con la transformación, eso seguro que te tranquiliza. - Me dio una solución que sí que podía servir mientras acariciaba mi hombro.

- Pues puede que sí que esté más tranquila así. - Admití después de estar pensándolo un poco.

- Puede ser eso o que nos echemos un baile. - Me propuso levantándose del banco y guiñando un ojo

- Te gustó el baile, ¿eh? - Pregunté cogiendo la mano que me había tendido y dejando el libro aparte.

- Para que vamos a mentir... sí me encantó. - Me confesó sonriendo y empezando a bailar.

- ¿Y la música? - Pregunté sin parar de bailar pegada a él

- De eso ya me encargo yo. - Me dio una sonrisa convencida para después aclararse la voz. Y empezó a cantar en inglés y español aquella canción que me pilló cantando en la enfermería. - ¿Serías mi novia? - Preguntó al final de la canción cambiando la letra, estaba más nervioso de lo que nunca le había visto, pero el detalle que hubiera aprendido español para esto hizo que me permitiera