Capítulo 2:

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Mientras que estaba leyendo escuché cómo el ruido empezaba a ser más fuerte, al principio pensé que estaban celebrando la victoria. En un momento entró el señor Weasley en la tienda, en ese momento supe que pasaba algo así que me levanté de la cama donde estaba recostada decidida a ver lo que estaba pasando fuera.

- Estos Irlandeses si que sabes celebrar una victoria. - Comentó George con una sonrisa en la cara destinada a fastidiarnos a Ron y a mi, consiguió su objetivo con Ron que le iba a decir algo pero yo estaba demasiado ocupada abriendo la puerta de la tienda.

- No son los Irlandeses, tenemos que salir de aquí. - Dijo algo alterado Arthur, aún así intentaba mantener la calma para no alarmar a sus hijos. Salieron todos en cuestión de segundos tras coger las cosas que todavía no tenían desempaquetadas encontrándose con la escena que me había dejado en shock momentos antes. Veía como un grupo de personas encapuchadas estaban prendiendo fuego a todo lo que veían, mientras tanto el caos era visible, toda la gente corría de un lado para otro cogidos de la mano de las personas que no querían perder dándoles igual los demás, había gente en el suelo que estaba siendo pisoteada, niños escondidos entre palés de madera y gente que necesitaba ayuda. - ¡Fred, George! Ginny es vuestra responsabilidad- Escuché decir al Señor Weasley - Los demás, no os separéis por nada del mundo y corred en dirección al bosque donde nos dejó el traslador. - Concluyó para luego irse para ayudar como miembro del ministerio. Decidí ignorar por completo lo que había dicho y ayudar a la gente que estaba en el suelo.

- Ven conmigo. - Dije a un niño que había visto tirado en el suelo intentando resguardarse del caos, le tendió la mano y cuando la cogió le cargué en brazos. Repetí esa acción unas 5 veces hasta que ya no podía ocuparme de más niños. Me dirigí al límite de las instalaciones y les dejé ahí. - Vale, vuestro padres tienen que pasar por aquí si o si así que quedaos aquí hasta que pasen y no os separéis. - Ellos solo asintieron con la cabeza por lo asustados que estaban. Volví al caos para intentar encontrar a más gente en apuros, iba arrollando a la gente cuando vi una cabellera rubia que ya conocía.- ¡Draco! - Exclame cuando estaba cerca de él y nos fundimos en un corto abrazo- Necesito que me ayudes.

- ¿Qué pasa? - Preguntó con preocupación.

- Hay niños perdidos, tirados en el suelo, intentado resguardarse sin éxito, tenemos que ayudarles. - Le expliqué yo rápidamente cuando él asintió le di la última instrucción. - Coge a todos los niños que te quepan y déjales justo al final de las instalaciones, sus padres tienen que pasar por ahí para salir así que allí les verán. - Y dicho esto nos fuimos cada uno por un lado ayudando a todo el mundo que veíamos y sobre todo recogiendo a los niños que estaban en apuros. Me encontré con Draco un par de veces con niños en los brazos y agarrados de su camisa para que no se perdieran. Cuando ya teníamos a unos 30 niños juntos traje un par de mantas que había encontrado por ahí para que se taparan y no tuvieran frío. Me volví a adentrar una vez más en el núcleo del problema decidida a seguir con mi misión.

- ¡Crucio! - Escuché la voz de un hombre a mi lado y mire hacia donde provenía la voz encontrándome con uno de los encapuchados que estaba provocando todo este caos torturando a una mujer rubia de apenas 25 años, ella estaba gritando de dolor mientras que él estaba tan concentrado en sus gritos que estaba disfrutando de la escena, no pude evitar que se me hiciera un nudo en la garganta y algunas lágrimas aparecieran en mis ojos, así que decidí actuar.

- ¡Expelliarmus! - Exclame rápido haciendo que su varita saliera volando un par de metros hacia atrás y él me mirara, recordé lo que me dijo Lupin el año pasado "que no te reconozcan" así que lancé un segundo hechizo - ¡Obscuro! - Dije por segunda vez haciendo que una venda apareciera en sus ojos impidiéndole ver - ¡Petrificus Totalus! - Conjure haciendo que todo el cuerpo del encapuchado se tornara de piedra. - ¡Corre! ¡Ahora! - Grité a la mujer que se levantó dándome las gracias y empezando a correr.

Semi-Corazonada | Fred Weasley  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora