Capitulo 12:

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El último recuerdo que tenía no era ni siquiera una visión, era la sensación de estarme elevando como si estuviera ascendiendo hacia el cielo, pero sabía que no era eso, no estaba muerta. O al menos era lo que quería creer. De un momento a otro esa sensación se fue, el aire volvió a mis pulmones y una barca venia hacia mí. Respiré hondo, volví a respirar mientras la barca se acercaba, alguien pelirrojo venía en ella y más o menos veía que era Fred.

- ¡Emma! - Gritaba tendiéndome la mano para que subiera, venia muy rápido así que sería una barca propulsada por algún hechizo.

Cuando pasaron por mi lado agarré su mano diciéndole al señor que dirigía la barca que no parara, que siguiera adelante. Agarré la mano de Fred haciéndole un gesto para que me ayudara. Conseguí subir a la barca abrazándome a mi Weasley favorito.

- Que susto me has dado... - Susurraba entre riendo y serio encima de mi cabeza. Cada vez me pegaba más a él en busca de calor y al ver que de verdad se había preocupado.

Llegué a la plataforma de donde había salido donde me esperaba Albus Dumbledore.

- ¿Estas bien, hija? - Me preguntó con un apodo que nunca antes le había oído.

- Sí, sí, solo es que algo me cogió y me hecho algo para salir a la superficie supongo... - Le expliqué algo confusa cuando subí.

- ¿Viste el aspecto que tenía? - Volvió a preguntar sin quitar su semblante calmado.

- No muy claramente, solo noté que era muy rápida y era como si fuera un esqueleto pudriéndose que hubiera sido devuelto a la vida - Era cierto que había visto como si la cara de la criatura estuviera a medio pudrir... pero había algo que no me encajaba. De pronto vi como Dumbledore cambiaba su expresión a una más preocupada. - ¿Está todo bien, director? - Le dije preocupándome yo también y sintiendo a Fred a mi espalda.

- Sí... sí no se preocupe, todo está bien, señorita Granger. - Me dijo cambiando otra vez su cara después de negar con la cabeza. - Ahora disfrute de la prueba, veo que le han caído muy bien sus contrincantes... - Y sin decir nada más, volvió a la tribuna especial que tenía para él.

Mientras terminaba la prueba Fred no se separó ni un segundo de mí, al principio solo estaba a mi lado, con su brazo por encima de mis hombros y diciéndome cosas buenas, pero mientras fue avanzando él se iba relajando poco a poco incluyendo pequeños chistes que me hacían reír.

Cuando volvíamos en las barcas que nos habían llevado hacia allí, hubo un momento en el que empecé a ver mal, veía como una tumba gigante y un caldero, parecía un cementerio. Me llevé una mano a donde sentía que el corazón latía con demasiada fuerza. Un segundo después, todo se volvió negro.

Me desperté levantándome de golpe en una cama, despertando a Fred que me dio tiempo a ver que estaba esparcido en la silla al lado de la... ¿camilla?

- Por fin, pensé que no despertabas. - Sentí como me daba un beso en la cabeza.

- ¿Qué ha pasado? - Le pregunté agarrando su mano.

- Me dijeron que te desmayaste cuando volvías en la barca, no sabíamos si dejarte concursar la tercera prueba.

- ¡Claro que voy a participar en la tercera prueba! - Le dije indignada. - Es mi decisión y solo depende de mí - Calmé mi tono de voz al sentir el corazón más rápido.

- Pues te has levantado justo a tiempo. - Me dijo con una media sonrisa. - En 5 horas dará comienzo.

- ¿Y a qué esperamos, pelirrojo? - Le pregunté retóricamente sin ocultar la sonrisa.

Semi-Corazonada | Fred Weasley  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora