Semi-Corazonada | Fred Weasley

Capítulo 13

- ¡Despertar ya que llegamos tarde! - Fue lo primero que escuché en la mañana. Me revolví en mi cama para mirar el reloj de mi mesilla. Conseguí ver a través de mis ojos entrecerrados que nos faltaban 5 minutos para llegar a la primera clase. Eran las 9:55.

- ¡Vamos! - Me levanté de un salto de la cama. - ¡Poneos la ropa necesaria rápido! - Les dije a las chicas así que se pusieron la falda con el camisón todavía puesto, después se lo quitaron y se colocaron la camisa abrochándose los botones necesarios para que no se les vea nada que no debían. Salimos corriendo mientras que nos abrochábamos los botones de la camisa y nos poníamos encima el suéter. Yo iba un poco más adelantada así que cogí un café para cada una y una napolitana de chocolate. - ¡Comerlo por el camino! - Les lancé la comida que acababa de coger a medida que iban bajando por las escaleras y Sofía me lanzó mi túnica y mis gafas (sí, al final de todo el tiempo que me pasé leyendo mis ojos acabaron mal y tenía que llevarlas).

Los entrenamientos de Quidditch me habían puesto en forma así que me puse la primera de la fila mientras nos dirigíamos al aula de pociones. Escuché a Amaya gritar un hechizo desde el final de la fila y al momento teníamos una trenza de raíz hecha en la cabeza de cada una, gracias a Merlín que se le daba bien esos hechizos porque si nos presentamos en clase con los pelos con los que nos habíamos levantado... Bajamos una escalera y llegamos a las mazmorras.

Una vez a la derecha y dos a la izquierda mientras nos poníamos las túnicas decentemente y nos tomábamos los últimos tragos de nuestro café. Antes de tocar la puerta escuchamos a Snape en el pasillo que acabábamos de pasar así que entramos rápido a la clase y nos sentamos en nuestros sitios bajo la atenta mirada de todos los de nuestra clase, compartíamos con Huflepuff.

- Abrir el libro por la página 101 y realizar la opción que sale en la página, tienen 1 hora. El mejor de todos será recompensado. - Entró diciendo Snape "Buenos días a usted también, profesor" pensé de inmediato y solté una pequeña risita- Para preparar la poción no es necesario reírse, señorita Lestrange. - Dijo refiriéndose a mí, un momento, ¿cómo que Lestrange? Se habrá confundido.

- Perdone, profesor. Por cierto, mi apellido es Granger, no Lestrange. - Le contesté con cierto asco en mi voz, había oído cosas sobre la familia Lestrange, todas las personas que la formaban eran un asco, menos una de las hermanas de Rodolphus Lestrange que al parecer por tener sentido común la mataron...

- Cierto, ha sido una confusión. - Me respondió tras una cara de sorpresa mal disimulada, supongo que no era muy común que él se equivocara.

Y así fue como empezó uno de los días más largos de mi vida, estaba más atenta que de costumbre en las clases, pero en mi cabeza solo se repetía una y otra vez todas las cosas que había leído sobre el hechizo que iba a curar a mi padre. Pasaron la clase de pociones, las dos de herbología, una de Runas Antiguas y estaba en el final de la clase de DCAO.

- Eso es todo por hoy, acuérdense de hacer los deberes. Pueden irse. - Dijo el profesor Lupin y nos pusimos a recoger las cosas para acabar, por fin, el día. - Señorita Granger, quédese un momento, necesito hablar con usted. - Me despedí de mis compañeras que me desearon suerte, faltaba 1 hora para que el traslador saliera. Me dirigí hacia el despacho del profesor para que hablara conmigo.

- Buenas tardes, profesor. - Saludé cuando entré al despacho.

- Hola, Emma. - Me saludó una vez había entrado, tenía una especie de pergamino en la mano que usó para saludarme. - Siéntate por favor. - Hice lo que me pidió.

- ¿Qué necesita?

- Dumbledore me ha avisado sobre tu... expedición de esta tarde. - Dijo divertido.