Semi-Corazonada | Fred Weasley

Capítulo 7

Era sábado, tenía todo el tiempo que quisiera para levantarme y para hacer lo que me viniera en gana. Así que así hice, me levanté sobre las 11 y bajé a desayunar un poco. Ya habían pasado alrededor de dos meses desde que habían sido las citas y todo iba de maravilla, había algunos que están en una relación (Alma y Carlos, Adelina y Javi, George y Angelina, y Sofía y John). Otros no estaban de nada serio, solo se usaban mutuamente para "desahogarse" (Héctor y Marina, Fred y Ariadna, y Amaya y Diego). Y los restantes (Ron y Hermione, Harry y Ginny, y Paula y Alexander) no estábamos muy seguros de lo que había entre ellos, había una atmósfera extraña entre ellos, pero no habían confirmado nada.

Con respecto a Ricardo y a mí, todo iba de maravilla, aunque había algo que se estaba resecando entre nosotros, creo que solo es una sensación que se pasará con el tiempo. En ese momento estaba dándome una ducha para salir hacia Hogsmeade esa tarde con mi pareja, que bien suena jeje. El seguía igual conmigo al igual que yo con él, pero le notaba algo raro, como que ya no fluían las cosas entre nosotros como lo hacían antes, y estaba dispuesta a descubrir que pasaba y esa tarde era mi oportunidad. Me acabé poniendo este conjunto:

La mañana la pasé leyendo un libro muggle bastante interesante de Stephen Hawking hasta que llegó la hora de ir. Había quedado con él directamente delante de Zonko y luego de allí iríamos a la Madame Tudipié.

Estaba bastante nerviosa por lo que podía pasar, él era la persona más importante para mí con diferencia y la simple idea de perderlo me aterraba, pero no iba a dejar que él lo notara hasta que supiera que era lo que estaba pasando.

- Hola, amor - me dijo cuando llegué a su lado, me dio un pequeño beso en la nariz a modo de saludo, pero al subir la mirada para verle vi ¿lágrimas? Estaba a punto de llorar, algo muy fuerte estaba pasando para que él estuviera así.

- Hola... ¿qué pasa? - le pregunté, no iba a esperar más, tenía que solucionar todo ¡Ya! El nerviosismo ya se empezaba a reflejar en mí ya que empezaba a jugar con mis dedos.

- Nada, pero necesito contarte una cosita ¿vamos adentro y así estamos más calentitos? - Asentí y entrelacé mi mano con la suya, durante todo el camino se notaba un poco la tensión en el ambiente y eso lo único que hacía era ponerme más nerviosa aún.

Una vez entramos en el local nos pedimos un té negro cada uno, nos lo tomamos tranquilamente mientras que charlábamos sobre Quidditch hasta que decidí que ya era hora de saber lo que pasaba:

- Bueno, ahora cambiando un poco de tema, ¿qué era lo que me querías decir? - pregunté, él tragó lo que tenía en la boca de su té y se aclaró la garganta.

- Mira sé que es algo que va a cambiar las cosas sin lugar a dudas, pero quiero que lo primero que sepas es que no he tenido ninguna otra opción... mis padres se van temporalmente a Polonia por motivos de trabajo y tengo que ir con ellos durante lo que estén allí. - Sentía cómo mis ojos empezaban a escocer mientras le miraba, se me venía el mundo encima, pero lo que más me molestaba es que seguramente no le habían dejado otra opción a él, decidí probar.

- Pero te puedes quedar en mi casa, seguro que a mis padres no les importa, podemos vivir en el ático como si tuviéramos nuestra propia casita, déjame hablar con tus padres seguro que les convenzo, podría incluso... - Iba a seguir hablando, pero fui interrumpida por el tacto de su mano en mi mejilla así que le miré cuestionándole con la mirada por algún motivo de su interrupción.

- No, no se puede hacer nada de hecho cuando yo me enteré ya habían hecho todos los trámites para el traslado y todo, pero no será mucho tiempo no te preocupes, sólo será lo que queda de año y el curso siguiente, para cuando estés en sexto me tendrás de vuelta.