- Mierda. - Susurré cuando vi por la ventana como los rayos de sol empezaban a asomar por el horizonte.
Habría dormido como mucho cinco horas, no del tirón, pero cinco horas. Hacía dos o tres horas que estaba en la sala común, no quería seguir dando vueltas en la cama así que... me puse a darlas en el sofá.
- Veo que has madrugado. - Comentó Héctor a mi espalda trayendo consigo a un montón de chicos que ya se habían despertado, cuanto más pensaba en la prueba más nerviosa estaba así que no hacía más que abrazarme a mí misma por el frío y por los nervios.
- Si, buenos días. - Le dije volviendo mi vista hacia el amanecer, me relajaba verlo.
- Vete tranquila, estaremos todos para apoyarte. - Me dijo suavemente Héctor a mi espalda acariciando mis brazos con suavidad, pero firmes.
- Pero, ¿y si sale algo mal? El papeleo sería un desastre. - Le dije sin ir al punto de lo que quería decir.
- No va a salir nada mal, ya lo hablamos cuando decidimos la estrategia. - Me dijo con una media sonrisa haciendo que recordara ese momento.
- ¿Ya sabes qué es lo que vas a hacer en la prueba Emma? - Preguntaba un Héctor sujetando algunos libros míos y los suyos en sus brazos.
- Ya te dije que no, no sé cómo hacer una estrategia para derrotar algo que no se puede derrotar. - Le respondía una ya molesta Emma rodando los ojos.
- Pero ¿sabes seguro que serán dragones? - Volvió a preguntar, pero bajando la voz para que nadie escuchara.
- Si, ya te dije que un día iba paseando con Fred y vimos a su hermano, Charlie, al ir a saludarle vimos los dragones. - Me explicaba por décima vez en un par de días.
- Bueno, pues entonces los dragones son los que se ha de derrotar. - Llegó a esa conclusión aún que yo ya le había explicado otras cinco veces.
- Ya, el problema es qué no sé por dónde se empieza a derrotar un dragón. - Contesté irónica
- Eso da igual, tenemos que pensar algo. - Dijo parándose para que detuviéramos la marcha.
- ¡¿Te crees qué no he pensado ya en eso?! - Le grité en medio del pasillo haciendo que la poca gente que había se girara a vernos- Te recuerdo que soy yo la que voy a estar delante de esa bestia. - -Le dije bajando otra vez el tono de voz para no desvelar nada.
- Tiene que haber algo que se te dé bien como para derrotarle. - Volvió a decir.
- ¡Es que no hay nada que se me dé bien! - Grité ignorando a toda la gente que había en el pasillo, la cara de Héctor era de miedo absoluto. - Lo siento, estoy estresada.
- No, no es eso. - Dijo sin salir de su asombro
- ¿Entonces? - Pregunté levantando una ceja, había algo que me molestaba en el pecho, pero suponía que fuera de haber soltado ese grito.
- Tenías. - Contestó tembloroso mientras subía una mano también temblando hasta llegar a mi boca- Tenías como una linterna dentro de tu garganta...
- ¿Cómo? - Le dije algo alterada mientras agarraba mi garganta, estaba caliente, demasiado.
- Sé que es una locura, pero lo he visto. - Me contestó algo más seguro. - Profesor Flitwich! - Llamó al jefe de nuestra casa que pasaba por un lateral del pasillo. - Le tengo que decir una cosa.
- ¿Qué ha pasado? - Preguntó divertido. - Parece que habéis visto un fantasma, sobre todo tú Emma que se te ha puesto el pelo blanco y pareces uno. - Héctor y yo nos miramos, ya tenía estrategia, iba a usar la metamorfomagia para enfrentarme al dragón.
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Semi-Corazonada | Fred Weasley
FanfictionEmma Granger es una chica de 14 años que ha sido trasladada desde Ilvermory a Hogwarts para cursar desde 3º grado en adelante. En Hogwarts, tiene la oportunidad de volver a retomar relaciones que se habían marchitado con el tiempo y la distancia...