Capitulo 3

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Después de aquellas dos clases, que fueron muy extrañas y bastante inciertas para mí, decidí que había algo raro en ella. En Umbridge. Había algo que, no sé por qué, le gustaba de mí.

Tras estar un rato en mi habitación un sábado libre que tenía intentando pensar en que podía ser lo que le agradaba, me tenía bastante intrigada como veis, decidí que a lo mejor no era la fórmula perfecta como para encontrar algo pero que al menos podría dar un avance.

Después de pensarlo y razonar un poco fui hacia la biblioteca, pero, no sabía por dónde empezar. Mi cabeza colapso un poco cuando llegué.

- Haber, lo poco que se de ella su apellido, empieza a buscar por ahí. - Llegué a la conclusión en voz baja así que comencé a buscar en las familias de grandes magos el apellido Umbridge.

No conseguí encontrar casi nada menos un, seguramente tío abuelo suyo, que había descubierto una planta medicinal qué se utilizaba en fármacos modernos.

Pero ni de ella ni de su familia cercana conseguí encontrar nada. Seguí inspeccionando, seguí con las familias de magos de Inglaterra, pero simplemente mencionaban el apellido sin darle más importancia.

Después se me ocurrió mirar en la sección de medimagia, concretamente en el uso de plantas, recientemente descubiertas, en nuevos fármacos. Y allí estaba, el tío abuelo de Dolores Umbridge, era bastante parecido a ella.

Aquel libro daba un poco de su biografía, al parecer tenía la misma reputación, que su... ¿sobrina nieta? Decían que era cruel, que no tenía límite y mucho menos compasión. Pero que poco a poco todo ese esfuerzo lo había llevado a conseguir lo que era. Se había ganado, por decirlo así, una buena reputación por sus avances en el mundo de la medimagia.

Cuando ya llevaba bastante tiempo allí me aburrí de buscar cosas sobre aquella sapa y empecé a ver más cosas sobre las demás familias de grandes magos, allí estaban los Malfoy, estaban los Black y familias de sangre pura, sobre todo. Pero hubo algo que de verdad consiguió llamarme la atención.

Iba pasando las páginas de una en una cuando vi una cara familiar, vi alguien que ya había visto antes, me quedé mirando la imagen en la que salía sin siquiera darme cuenta del apellido que había debajo. Estaba tachada, no sabría decir si alguien la había tachado, pero estaba emborronada. Había alguien que también había estado buscando y mirando esa imagen o había alguien que al menos tenía un especial odio hacia esa persona que a mí me resultaba muy familiar.

En cuanto vi la foto me asusté y caí presa del pánico, cerré libro haciendo un ruido mayor del permitido en la biblioteca y sin siquiera dejarlo en su estantería salí corriendo. Era la única que estaba haciendo ruido así que llamaba bastante la atención de las demás personas que estaban en la biblioteca.

Entre ellas mi prima, no sé qué estaba haciendo ahí pero no quería hablar ahora con nadie. Me fui hacia un refugio que no me acordaba, que tenía el año pasado, aquel banco a la orilla del lago negro que usaba muchas veces como refugio. Todo esto me decía que este año iba a ser igual de duro que el anterior y que iba a usar ese sitio bastantes veces.

Poco a poco con esa imagen en la mente empezó a caer en un sueño, empecé a sentirme más y más cansada. Simplemente el ver eso y pensar en todas las posibilidades que podía haber llevado y que seguramente que lleve hacía que me sintiera agotada. Me desperté siendo más de día, o más de noche, no me acordaba cuando me dormí, pero me sorprendió que hubiera una cabellera roja a mi lado.

- ¿Fred? - Pregunté cuando ya estaba algo más consciente.

- Sí, soy yo. - Me contestó como si estuviera cansado.

Semi-Corazonada | Fred Weasley  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora