Capítulo 11:

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Creo que nunca había estado más contenta que en el momento en el que salí del Gran Comedor, después de terminar aquellos exámenes interminables. Creo que me habían salido bastante bien comparando con cómo pensaban que iban a ser. No sé si es que Snape me había preparado para los É.X.T.A.S.I.S que él habría hecho o que en realidad me había preparado para algo mucho más complicado. Pero al final creo que sacaría buena nota, y las cosas iban poniéndose mejor a cada momento.

Aquellos rumores que tan mal me lo habían hecho pasar cada vez eran menores, por todo el estrés que provocaron los exámenes en los días previos ya casi la gente no hablaba, los TIMOS habían sido cosa de una semana antes, y ellos eran los únicos que no hablaban. Los alumnos de los cursos más bajos no sabían lo que era ese estrés y el sentir que un solo ruido te desconcentraría por toda la tarde, pero todos los alumnos de quinto sí que lo hacían, por lo que cuando pasaban al lado de los tantos grupos de personas que estaban estudiando se callaban y mandaban callar a los demás.

Ese era el espíritu que me gustaba de Hogwarts, teniendo en cuenta de que nunca había escuchado nada de unos exámenes finales en Ilvermorny, había en momentos en los que pensaba que mi cabeza iba a estallar y deseaba volver allí, aunque fuera por lo que restaba de curso. Claro que esos sentimientos se iban casi al instante al acordarme de los gemelos y de todos mis amigos. Por cierto, es de los gemelos del que había venido a hablar hoy. Por fin conseguí verlos de nuevo.

Todo fue una sorpresa coordinada de los dos pelirrojos y los dos casi hermanos, Javi y Héctor. Estaba pasando la tarde con ellos celebrando el fin de los exámenes con un par de cervezas de mantequilla en Hogsmeade. Los demás iban yendo y viniendo, pero fue con ellos con los que pasé toda la tarde. En un momento en el que el trío de oro se pasó por la mesa en la que estábamos sentados noté cómo Ron les hacía una señal a los chicos, pero pensé que era algo de mi prima, pensaba que por fin se había declarado y eso hizo que me pusiera muy contenta. En realidad, todo cuadraba, Ron, un inexperto en el amor le pedía consejo a dos chicos que tenían a la mitad de las chicas de la escuela detrás porque quería declararse a mi prima.

Claro que, las chicas de esta escuela sí que eran algo intensas, no te voy a decir que mis amigos no estaban bien porque estaría mintiendo, solo digo que en Ilvermorny no había ni rastro de las pociones de amor. Es más, se anunciaban más los filtros de amor en las colonias muggles que lo que nosotros los usábamos. Aquí había un caso de filtro de amor que había salido mal cada dos días, por eso las chicas eran intensas. Bueno, que me desvío, después de pasar por alto esa señal seguimos durante un rato charlando. Hasta que decidimos volver al castillo, ya estaba anocheciendo y conseguimos ver el atardecer asomados al lago. Era de las mejores cosas que se podían ver en el castillo, eso sí, pensaba que solo iba a estar con dos personas, pero al final fuimos cinco los que vimos aquel atardecer.

- Es bonito, ¿no, George? - Escuché la voz de uno de los gemelos a mi espalda, fui la única que me giré y en ese momento supe que lo tenían todo preparado. Ignorando la vista que dejaba a mi espalda salí disparada hacia ellos, abalanzándome justo en el medio de los dos para que pudiera atrapar a cada uno con un brazo. Acabamos claramente todos en el suelo, y sí, digo todos porque cuando empezábamos a reírnos Javi y Héctor se unieron a esa especie de abrazo extraño que habíamos quedado.

- Ahora sí que es bonito. - Contesté a esa pregunta retórica, que solo pretendía llamar mi atención y que ni siquiera iba dirigida a mí, unos minutos después, cuando ya estábamos los cinco tumbados sobre el césped, pero extendidos hacia diferentes direcciones y conseguimos dejar de reírnos.

- ¿Os quedaréis esta noche? - Preguntó Javi con ilusión. - Os podemos esconder en nuestro cuarto, a nadie le va a molestar que vengáis, y a parte se pueden venir Emma y las demás chicas. - Cuando terminó los gemelos se lanzaron una mirada cómplice y al mismo tiempo asistieron, pero George puntualizó la última cosa.

Semi-Corazonada | Fred Weasley  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora