Insomnio//Tom Holland y tú

Cap 1. Insomnio.

Esta historia transcurre en el año 2016. Y la edad de Tom será modificada. Tendrá menos años de los que de verdad tiene.
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3:36 am
Debería estar durmiendo, pero como siempre eso no es así. Aquí estoy otra noche más, despierta hasta las tantas de la noche.

Esta es la última semana de clase y solo tienen que ir al instituto los que tengan que recuperar. Gracias a dios yo no tengo que recuperar ninguna así que mañana no tengo que madrugar.

Tumbarme en mi cama mirando al techo ha sido mi plan de cada noche durante estas últimas semanas y parece que va a seguir siéndolo. Y así es como estoy ahora, tumbada en mi cama. Me pondría con el móvil, pero a estas horas no hay nada interesante ni en Insta, ni en Twitter, ni en ninguna otra red social. Hablaría con mis amigos pero están durmiendo.

Me levanto de la cama, no aguanto más tumbada. Me siento en el borde de la cama y respiro hondo. Me levanto y me dirijo al ventanal. Abro este y salgo al balcón que tiene mi habitación. Me apoyo en la barandilla y cierro los ojos.

Cuando los vuelvo a abrir miro al frente y veo la habitación vacía de la casa de al lado. También tiene un balcón como la mía. El balcón está a un par de metros del mío.

La casa se puso en venta hace un par de semanas. Todavía recuerdo a sus antiguos dueños. Era un matrimonio con dos hijas, Lana y Samantha. Cuando esta última, la pequeña de las dos, se fue a la universidad a los padres se les hizo muy grande la casa así que decidieron venderla e irse a una más pequeña. O eso me ha contado mi madre.

La familia era muy simpática. Espero que los próximos propietarios, sí es que llegan algún día, sean igual. Lo que menos aguantaría ahora sería unos vecinos problemáticos.

Levanto la cabeza y me pongo a observar las estrellas. La verdad es que me encanta mirar las estrellas. Una vez me dijeron que cuando una estrella muere tarda muchos años hasta que se apaga para nosotros. Así que siempre que miro al cielo pienso en que a lo mejor algunas de esas tantas estrellas ya está muerta aunque yo la esté viendo brillar. Es algo que me asombra.

Bueno ya que no me puedo dormir os explicaré un poco mi vida y de los que están en ella. Para que conozcáis un poco más de mí y entendáis más como soy.

Me llamo ____ Ward y tengo 16 años. Nací el 28 de abril de 2000 en Londres donde vivo desde entonces. Mis padres se llaman Ansel y Elisa Ward. Tengo un hermano pequeño de 2 años casi 3 que se llama Dylan. Nació el 22 de agosto de 2013 cuando yo tenía 13 años. Vivimos en una casa que no es ni muy grande ni muy pequeña. Mi habitación es la más grande. Antes era de mis padres, pero decidieron dármela cuando nació Dylan. Pensaron que me pondría celosa así que me dieron la habitación grande para que viera que les importaba. Bueno para hacerme creer que les importaba porque nunca les importe de verdad.

Acabo de acabar la secundaria obligatoria. Quedan cuatro días para mi graduación. Ya tengo todo preparado. El vestido, los tacones, el peinado... Tengo muchas ganas de que llegue ese día, sé que va a ser increíble.

Natasha y Jack son mis mejores amigos. A Jack lo conozco desde pequeño, nos conocimos en la guardería. En cambio, a Natasha la conocí hace un par de años cuando nos tocó hacer un trabajo de clase juntas. Se la presente a Jack y desde entonces somos inseparables. Soy la mayor de los tres, de momento soy la única que ya tiene los 16. Como tengo 16 años ya puedo ir a fiestas para mayores de 16, pero como Natasha y Jack todavía no los tienen no tengo con quien ir. Pero aunque ellos tuvieran los 16 yo no iría, no podría.

¿Mi vida parece normal tirando para bien, no? Pues no. Mis padres se pasan todo el día discutiendo. Me he criado y crecido entre gritos y llantos. Cuando Dylan nació me prometí a mí misma que no dejaría que él pasara por lo mismo. Las discusiones no han cesado después de que naciera Dyl, cada vez hay más. Siempre que discuten cerca de nosotros, me lo llevo a mi habitación e intento hacer todo lo posible para que no escuche los gritos. Se me hace insoportable vivir rodeada de discusiones, pero solo aguanto por él. Por mi pequeño Dylan.

Me encantan los niños pequeños. Me di cuenta cuando vi por primera vez a Dyl. Mis padres no me cuidaban mucho de pequeña lo que me hizo ser autónoma desde que tenía pocos años. Cuando nació mi hermano mi madre tuvo depresión postparto y no le hizo ni caso. Mi padre no quería tener más hijos así que tampoco le hizo caso. Yo me hice cargo de él con tan solo 13 años. Eso me hizo madurar antes de tiempo, ya que tenía una vida en mis manos.

Gracias a Dyl me di cuenta de que quería estudiar educación infantil. Quiero llegar a ser Asistente Social para poder ayudar a niños que, como Dyl y yo, no tienen buenos padres. No quiero que ningún otro niño pase por lo que yo tuve que pasar. Nadie se merece eso.

Todavía hay mucho más que explicar de mi "bonita" vida. Pero ya os iré contando. Ahora volvamos al presente.

Dejo de mirar las estrellas y vuelvo a entrar a la habitación. Dejo la ventana abierta, ya que hace calor. Me vuelvo a tumbar en la cama, boca arriba. Miro el reloj que tengo en mi mesita de noche.

4:28 am

Me sigue costando dormir y me pongo a dar vueltas en la cama. Poco a poco me voy cansando de dar vueltas y noto que el cansancio se va apoderando de mí.  La imagen de las estrellas se me viene a la mente y cuando menos me doy cuenta ya estoy dormida.