Capítulo 3 [Parte 1]

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La bodega fue una gran ocupación para el señor Buitrago. Se lo veía entretenido, interesados. Compraba muchas botellas de vino y se pasaba horas acomodándolas y haciendo un catálogo con fechas, marcas y no sé que más. Los viernes a la noche invitaba amigos a comer y se lucía con sus vinos. Así, con el tiempo, se olvidó por completo de la señora Alejandra. Además de amigos, a las cenas de los viernes también venían amigas. Una noche, una de esas amigas se quedó a dormir. Y una semana después, ya estaba instalada en la habitación de la señora Alejandra. La señora Beatriz era coleccionista de cuadros y trajo muchísimos a la casa, que después llevaban a la galería para exponerlos. El señor Buitrago decía que eran cuadros excelentes y que había que mostrarlos y no tenerlos guardados bajo llave. A mi me gustaba la señora Beatriz. Creo que decir que era simpática sería una exageración, pero al menos no era tan odiosa como la señora Alejandra. A Dora, en cambio, no le gustaba nada. Decía que era falsa y malvada, y también desordenada, que para Dora es un defecto terrible. Yo creo que exageraba. Lo importante era que el señor Buitrago se lo veía feliz. Se lo dije a Dora, una mañana en que se la pasó protestando por que la señora Beatriz había dejado un montaña de ropa sucia en el piso del dormitorio.

_El señor está contento, Dora, no rezongues tanto.

_¿Como va a estar contento con una mujer así? Justo él que es el orden personificado

_Mientras no desórdenes su habitación,no hay problema. Ella en la suya puede hacer lo que quiera 

_Claro, total después vamos nosotras y limpiamos toda lamugre. Para mí, esta relación no tiene futuro- sentenció Dora

Para todo esto el señor Buitrago estaba enamoradísimo de la señora Beatriz. Y había que ver cómo se le notaba; en la mirada, más que nada. Y eso que ella no era ninguna belleza, y hasta creo que tenía unos años más que él. Pero yo se que en cuestiones de amor eso no tiene importancia. Tampoco quiero decir que la señora Beatriz sea horrible, no. Era una mujer con un atractivo... Maduro, digamos. Después de todo, el señor Buitrago también era un hombre maduro, así que hacían buena pareja. Lo que pasa es que esa manera que tenía de mirarla me parecía propia de un adolescente y no de un hombre grande. Yo no lo veía mal, pero Dora se la pasaba criticándolo.

_No lo puedo ver así - sequejaba-. Un hombre como él mirando a una mujer con cara de pájaro, ni que tuviera 15 años. O, si no:

_No sé qué le vio. Si es más vieja que él y, además repugnante. Una tarde le conté a Diego y me dijo algo que me hizo reír

_Dora está celosa.

_¿Celosa? ¿Por qué? - le pregunté

_¿No te dascuenta? Está enamorada del jefe. ¿No ve que ninguna mina le viene bien?

Me quedé pensando. No es que le creyera a Diego, pero no sé... ¿Y si tenía razón? Ahora, cada vez que Dora criticaba a la señora Beatriz, yo no podía dejar de pensar en lo que me había dicho mi primo. Un día, la señora recibió una invitación para asistir en una convención muy importante de coleccionistas de pinturas, en Salta. Estaba radiante de felicidad. Era la primera vez que la invitaban a participar de algún acontecimiento por el estilo.

_Esto te lo debo a vos_ Escuché que le decía al señor Buitrago, a la noche, mientras esperaban en el living que la cena estuviera lista

_A mi, jamás se me hubiera ocurrido exponer los cuadros.

_Es una forma de darte a conocer -le contestó él- Ahora saben quién sos. Por eso te invitan.

Yo estaba poniendo la mesa en el comedor y escuché muy bien lo que decían. Cuando volví a la cocina, se lo conté a Dora

_Me alegro -dijo-. Espero que se vaya por mucho tiempo, así vamos a estar más tranquilas.

Mientras se servía una copita de oporto para festejar, pensé en lo que me había dicho Diego.


La Tercera Puerta (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora