Capítulo 17

348 10 0
                                    

_¿Qué, Dora ya llegó? No durmió nada, entonces.

_Dijo que no pudo pegar un ojo. Que se quiere quedar con Lucía, así que me fui. Tenemos que hacer algo, chabón.

_Lo que quieras, hermano. Pero primero pasá y comé un poco. Nosotros ya comimos; mi vieja está lavando los platos. Te caliento los fideos que sobraron, dale.

_No, ahora no. Tenemos que volver a la casa.

_¿A la casa? ¿Para qué?

_Ahí pasa algo, ¿entendés? En el sótano. Me lo dijo Lucía. “Sótano”, dijo. Eso solo. Dormida lo dijo. Tenemos que ir, chabón.

_¿Por qué no le pedís permiso al dueño y entrás como corresponde?

_Porque no quiero que sepa nada. Qué querés le diga, ¿que me deje revisar el sótano de su casa? ¿Para qué? Ni yo lo sé. No hermano, mejor entro sólo. Lo único que te pido es que abras otra vez.

_¡La ganzúa de nuevo! Me estás jodiendo, loco. Y en pleno día. Antes, al menos, estaba oscuro. ¿Qué hacemos si está el trompa en la casa?

_Primero llamo por teléfono. Si me contesta, le digo cualquier verdura. Si no contesta es porque no está, entonces vamos. Pero quedate tranquilo, seguro que no está. Debe haber ido a comer a algún lado. ¿Vos creés que este tipo se va a meter a la cocina para prepararse el almuerzo? ¿Un domingo...? Si Dora no le da de comer, come afuera.

_Te voy a matar, loco. Vos sabés que yo, a vos, te ayudo en lo que venga. Y también sabés que por tu prima me meto de cabeza, ¿pero qué pasa si la cana nos agarra entrando a la casa?

_No va a pasar nada, chabón. Hacemos lo mismo que antes: vos abrís y te vas a la parada de algún colectivo. Si te necesito, te llamo o te mando un mensaje por el celular. Dale, vamos.

La Tercera Puerta (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora