Capítulo 14

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_Es mi prima. La encontramos así. Lo único que hice fue sacarle un poco la cinta de la boca. No se la saqué del todo porque tenía miedo de arrancarle la piel...

_Está bien. De eso nos ocupamos nosotros. Lo que quiero que entiendas es que hay que avisar a la policía. Acá hubo secuestro...

_Sí, ya lo sé. Fue el tipo que trabaja en la casa. Benito se llama.

_Bueno eso lo van a hablar con la policía.
Quédense acá. Yo voy a ver a tu prima.

_¿Qué tien que no se despierta?

_Cuando lo averigüemos, te digo.

La guardia del Hospital Argerich estaba bastante concurrida, y sólo la atendían dos médicos y una enfermera, pero apenas los dos chicos entraron con Lucía -en los brazos de Leo. Sin haber recuperado el conocimiento y con la cinta plástica cubriéndole casi media cara- aparecieron médicos y enfermeras como si hubieran brotados de las paredes.

_¿Y ahora que hacemos, loco?

_Esperar, qué querés que hagamos. Vamos a ver que dice el médico.

_¿Y la cana...?

_¿Qué hay con la cana, chabón? Nosotros no hicimos nada, quedaré tranquilo.

_Sí, pero cuando nos pregunten cómo entramos a la casa, ¿qué les decimos?

_Que la puerta estaba abierta, hermano. Te imaginás que no vamos a decir que abrimos con una ganzúa.

_¿Y nos van a creer?

_Pará, vamos a ponernos de acuerdo. Mi prima me dejó un mensaje. ¿Cierto?

_Cierto

_Lo tengo guardado, es una prueba. Yo te fui a buscar para que me acompañaras a ver qué pasaba en ese sótano, qué también es cierto. Fuimos a la casa: cierto. Estaba todo oscuro. No había nadie.

_Cierto

_Probamos abrir la puerta del jardín y estaba abierta.

_No es cierto, pero podría ser... ¿O no?

_No sé, ¿a vos qué te parece?

_Qué sé yo, loco. Ma sí, estaba abierta y listo. Dale, seguí.

_Entramos. Fuimos hasta la puerta del sótano y...

_También estaba abierta. Todo el mundo se encuentra con veinte llaves y rejas y los cosos estos dejan todo abierto.

_¿Qué cosos...?

_La gente de la casa, loco, ¿de qué estamos hablando?

_Me perdí, chabón, ¿en qué estábamos?

_En la parte en que encontramos la puerta del sótano abierta

_Ah, sí, bueno. Sin explicaciones. Bajamos y ahí estaba mi prima. La sacamos y vinimos al hospital. Listo

_Está bien, loco, pero, por las dudas, ¿por qué no llamás a tu viejo?

_Uy, mi viejo. Me había olvidado, chabón. Lo llamo ya.

La Tercera Puerta (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora