Capítulo 21

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El ruido del ascensor lo ponía nervioso. Menos mal que el viaje era corto. Leo abrió la puerta tijera y, enseguida, la otra, que no era de madera, como la de arriba, sino de metal y plegadiza. Enseguida buscó la llave de la luz. Tenía que haber una por ahí nomás, cerca del ascensor. Sí, ahí estaba, a su izquierda.
El sótano era bastante amplio, más de lo que le había parecido antes, cuando bajó a buscar a Lucía. Había muchos recovecos, columnas. Llamó a Diego en voz baja, varias veces. Nada, ninguna respuesta. Se paró a escuchar, por las dudas, por si acaso le llegaba algún sonido, cualquiera, un suspiro, un murmullo, cualquier cosa. Nada. Siguió caminando, buscando detrás de las columnas, en cada rincón. Una pila de ladrillos le llamó la atención. Una bolsa de cemento, baldes, cucharas, una montañita de arena. ¿Qué estaría haciendo el chabón de la joroba? Dora había dicho que tenía que arreglar un caño. Y también que había hecho una bodega, recordó. Recorrió con la mirada todas las paredes. Los estantes con botellas de vino ocupaban sólo una. Miró hacia arriba: a un costado del ascensor, en el techo, se veía una tapa cuadrada de madera. Había listones y estantes apilados en el piso. Seguramente pensarían ampliar la bodega. Una de las paredes estaba sin revocar. Leo se acercó y tocó la mezcla entre los ladrillos. Todavía está freca; ahí debe estar el caño que arregló el coso ese, dedujo. Diego, Diego, Diego, murmuró más para sí mismo que llamando a su amigo. Entonces vio el freezer
¿Un freezer en el sótano? A lo mejor no tienen lugar en la cocina, pensó. Se acercó. Vio los rollos de plástico que estaban detrás y se dio cuenta de que había un hueco entre el freezer y la pared. Miró, por las dudas. Había espacio suficiente para que alguien se metiera ahí; o lo metieran. Ya no sabía que pensar. ¿Y si Benito estaba en la casa y lo sorprendió a Diego en el sótano y...? ¿Pero dónde estaba Benito, ahora? ¿Y Diego? Voy a terminar en el manicomio, murmuró. Pero antes tengo que encontrar a Diego, como sea. Volvió a recorrer todo el sótano con la mirada. Fue hacia la pila de ladrillos y empezó a quitar los de más arriba. Inútil. No había más que ladrillos. Hizo lo mismo con las maderas: quitó, movió, corrió. Sólo madera. Siguió mirando, a un lado y a otro y...
De un salto llegó hasta el freezer y levantó la tapa.
















Sólo quedan 5 capítulos para el final...

















De esta tercera parte y 12 capítulos para el final, final. Intentaré terminar antes de noviembre y así podrán descubrirlo todo. Bye.

La Tercera Puerta (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora