Capítulo 26

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_¿Cómo está mi hijo doctor? ¿Qué le pasó?

_No se preocupe, señora. Está bien. Le inyectaron una droga para hacerlo dormir unas cuantas horas. La misma que le dieron a su sobrina.

_¿Quién les hizo esto, por Dios...?

_Bueno, la policía se está ocupando. Yo no puedo decirle nada más porque no sé. Lo único que le digo es que se quede tranquila, que tanto su hijo como su sobrina están bien.

_¿La chica está en condiciones de responder algunas preguntas, doctor?

_Sí, sí. Está un poco cansada, pero es normal.

_A ver, jovencita. Cuente qué le pasó .

_Bueno... Yo... bajé al sótano porque me confundí... Me metí en el ascensor con las cortinas, que son pesadas, por eso no bajé por las escaleras... Y apreté el botón del sótano... Y... cuando abrí la puerta... Ahí estaba Benito...

_Según me informaron, Benito es el hombre que hace los arreglos de la casa.

_Sí, el señor Buitrago lo conoce... Estaba en el sótano, me miró muy serio. Yo lo saludé, pero él no me contestó. Quise irme, pero se me cayeron las cortinas y creo que tropecé con algo cuando traté de levantarlas porque casi voy al suelo de nariz. Y después... No sé, no me acuerdo.

_¿No se acuerda de nada?

_No. Es muy raro... Es como un sueño. Cuando uno más lo piensa, más se escapa.

_A ver, repítame cómo encontró a su amigo.

_Estaba atado y amordazado adentro de una bañadera.

_Sí, está bien. Eso lo entendí. Lo que no entiendo es qué hacía ustedes en esa casa y cómo entraron.

_Diego quería averiguar qué había pasado con Lucía. Ella vio algo en el sótano y al él se le ocurrió ur a investigar. Yo lo acompañé, pero me quedé esperando afuera, y como tardaba mucho, fui a ver qué pasaba.

_¿Cómo hicieron para entrar a la casa?

_Como la primera vez, cuando encontramos a Lucía: por la puerta del sótano. Estaba abierta.

_Usted es la persona que más conoce al señor Buitrago, ¿no es cierto?

_Si, señor, hace más de diez años que trabajo en su casa.

_¿Y qué opinión le merece?

_Es una persona excelente. Un hombre maravilloso.

_¿Qué me puede decir de Benito?

_Ese es el culpable de todo. No sé qué están esperando para meterlo preso.

En salas diferentes, Diego y Lucía dormían. Dora, Leo y los padres de Diego esperaban en el pasillo al médico de guardia.

_Está todo bien -dijo el médico, después de su recorrida por las salas-. Mañana les damos el alta a los dos. No hace falta que se queden. Pueden irse a descansar.

                FIN DE LA TERCERA PARTE.
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Bueno aquí finaliza la tercera parte y la cuarta llegará pronto, acabo de echarle un vistazo y los capítulos son largos así que antes de noviembre no terminará. Nos vemos.

La Tercera Puerta (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora