Llegué, tomé una copa y esperé a que el dolor se embragará, ya no quería sentirme nuevamente vulnerable ante la gente, ya no quería sentir en mi espalda sus dedos señalando y el susurro de esas bocas desconectadas de las mente.
Emprendí un camino difícil, decidí no tomar atajos de mentiras, preferí el cansado camino de la verdad, y ahora, por mucho que yo haga, alguien siempre me juzgará, pero no me importa, ya sé que siempre me encontraré acorralada, observada por miles de miradas esperando un error, para prenderme la llama y quemarme en la hoguera, lo sé, y no me intimidan, sepan que... Podré llorar, pues es el desahogo de mi ira, mi sentir, el temor y la impotencia, pero esas lagrimas quitaran exceso de miedos y me aligerará la carga para seguir viviendo.
Que gotee mi alma no la debilita, que vean mi rostro hacia abajo no los hace ganadores de mi esencia, al contrario, Gracias! así se aprende y se crece.
Me acompaña mi dolor, ese fiel compañero, que no me deja olvidar las cicatrices que llevo; Cuando siento que estoy a punto de triunfar me atraen al suelo, y se encarga de recordarme un pasado que tiene marcado en rojo todos mis errores, para que no los cometa de nuevo.
Y cuando quiera gritar, llorar y cometer errores, me lo voy a permitir, pues no voy a reprimir mis emociones, no temo que me vean tirada, con el alma en añicos, lo único que temo, es que llegue el día que las palabras de los demás se les regresen, pues no todos tienen la fuerza que a mi me sobra, la que me ha levantado de la cenizas para resurgir como nueva ave, con nuevos destinos.
Todo lo que sirva para destruir, servirá para resurgir,
Las Letras de mi alma✨