Muchas veces en las situaciones de la vida, me he cansado de todo, hasta de mi misma, me he agachado para ver si por encima pasa el dolor, y deja de tocarme, a veces me he asfixiado de recuerdos, y me ha costado respirar en tempestades, pero me aferre a mi misma, y en trazos de alma y con pedazos de corazón, me levanté una y otra vez, sabía que no iba a ganar, que la batalla ya estaba a favor de un solo bando, y no era el mio, y me mentí creyendo que lo podría lograr, para darme fuerzas y no abandonar, por que a veces hasta perdiendo se gana, el sol no se puede tapar con un dedo y aunque lo intentes ya no te quedan fuerzas ni para tratar, renunciar a veces es lo que queda, y dejar que el tiempo sea quien cobre las facturas de las noches en desvelo, en cansados pasos sigo recorriendo sueños con la fuerza que me queda de los momentos que fui feliz, o por lo menos donde lo sentí, a veces cayendo te vas dando cuenta que la vida nos regala mas para aprender, y observar que las gotas de la nostalgia brotan en cascada de tu rostro, sirve para limpiarnos de errores y sanar desde adentro, perdonándonos. Somos pasajeros en la vida, y de estación en estación abordan nuevas miradas, nuevas caricias y nuevas oportunidades para ser feliz, un instante, unos días, unos años, o toda la vida, creo que cuando se trata de dos, no es todo responsabilidad de uno, pero vale la pena intentar encontrarlo en algún lugar, Aunque no hay que perder de vista que el amor mas grande, mas sincero, y mas necesario es por uno mismo, a veces en trazos puedes respirar despacio, y en pedazos aun puedes latir, solo no hay que olvidar hacerlo.
Las letras de mi alma
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