Estabas ahí enfrente de mi
viviendo la mas loca y rara historia,
en donde la luna puede besar al sol
aunque sea cada 200 años.
Me convenciste de tener intimidad,
pero no era solo cuestión de ropa
era algo mas intenso, era desabotonar el alma
y acercar mi oído a tu corazón.
Te mostrabas entre nervios y dudas,
mientras yo me alimentaba con ese temor
yo no temblaba, no estaba nerviosa,
por que todo lo viví mil noches en mi mente.
Esa desnudez que ya había vivido
era un dejavu, que disfrutaba ahora en vivo.
tocarte, mirarte, olerte, besarte,
era los verbos con los que soñaba.
Por que llega hasta tu intimidad,
no es cuestión de sexo,
es descubrir al ver fijamente al otro,
que ahí vives tu alma hace tiempo.
Desde entonces, hay mas intimidad,
desde entonces seguimos desnudándonos,
y mientras vivamos esa magia interna.
seguiremos hasta el mas profundo latido.
Intimidad regalada, donada, compartida
por que pudiendo estar en mil sitios,
decidimos estar juntos compartiendo uno solo,
y entregándonos todo lo que nos deseábamos.
Las letras de mi alma
