Cuenta la leyenda, que un mágico sentimiento
a mi vida llegaría, que un castillo y príncipe traería,
y que mis tristezas pronto se llevaría.
Cuenta la leyenda, que ese sentimiento me llenaría,
y con su presencia y detalles el dolor extinguiría,
pero en la realidad, esos amores no existían.
El amor esta lejos de ser perfecto, de ser de color de rosas, que a pesar de que hay amor, también se sufre y el entorno lo acorrala de pruebas, aunque se sienta injusto.
No existe de verdad el ¡vivieron felices para siempre! pues el "felices" es tan imprevisto como los fenómenos naturales en el mundo.
Que el amor es utopía, que la serendipía es fantasía, pero nos seguimos aferrando para creer que funcionaría.
Cuando todo depende de ti misma, de esa capacidad de amarte por encima, dejando intocable esas yagas que con los problemas, se van haciendo una herida.
Cuando dejamos que nuestra felicidad y estado de ánimo dependan de otro ser humano, y nos enllavamos creyendo que la única llave, la tiene ese ser que idealizamos.
Ahí mismo, en ese instante... todo se transforma en vacío e inicia el proceso de agonía, esperando que nos amen como en libros, como en cuentos, como esos amores que fueron felices, por que no hubo una continuación de su historia, después del...
¡felices para siempre!
Las Letras de mi alma
