Si lo amé, me entregué a él,
lo convertí en extensión de mi piel,
fué mi amante, amo y dueño,
fui su luna, su más hermoso sueño.
Nos amamos hasta saciarnos,
lo dimos todo sin nada guardarnos,
nos volvimos sombra y compañia,
necesidad y libertad que me cobijaría.
Si lo amé y sé que el me amó,
nos convertimos en congruencia,
fuimos locura y desmedida elocuencia,
y fuimos día y noche, mientras existió.
Eramos tan perfectos que parecía irreal,
éramos materia besable, tal para cual,
éramos ese abrazo en la noche fría,
éramos ese silencio necesario al final del día.
Nos amamos hasta desbordarnos,
fuimos tormenta juntos hasta calmarnos,
amor de verdad, como pocos conocemos,
de esos amores bonitos que todos merecemos.
𝓛𝓪𝓼 𝓵𝓮𝓽𝓻𝓪𝓼 𝓭𝓮 𝓶𝓲 𝓪𝓵𝓶𝓪
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