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Cinco meses después.

Jungkook

La cabeza me duele.

Trato de ponerme de pie, pero fallo al instante y caigo otra vez sentado. Suelto una risa y con algo de dificultad, pido otro trago.

La canción movida que se reproducida cambia drásticamente a una lenta, y la puedo reconocer.

Siento una opresión en mi pecho, inquietándome. Bajo la cabeza hacia el trago que me han servido y cierro los ojos, dejando que la imagen de Taehyung inunde mi cabeza.

Siento las lágrimas acumulándose en mis ojos y no los abro. 

Con un suspiro tembloroso sigo la letra de la canción:

"  Aunque las despedidas sean tristes y me duela el corazón, si eres feliz y puedes sonreír entonces yo...

Tanto cómo mis lágrimas espero que seas feliz...

Adiós, mi amor. "

Al cabo de unos minutos la canción se termina y se reproduce una diferente.

— Creo que ya es suficiente Jungkook. —No miro a Mingyu, pero lo atraigo hacia mi  con una mano en su cintura.

— ¡Nunca será suficiente! —Menciono tratando de parecer alegre. Lo veo negar y acerca su rostro al mío, quedando a centímetros de mi boca.

— ¿Que tal si nos vamos de aquí y nos divertimos de verdad? —Susurra. Su aliento con leve alcohol choca contra mi boca y el ruido alto de la música se siente lejano. El bar es privado, pero eso no impide que esté lleno.

Lo pienso unos segundos y una lenta sonrisa surge de mi.

— Me parece perfecto. —Su boca se une con la mía en un beso desesperado.

Lame mi labio inferior y rápidamente abro mi boca, deseando sentir aquel cosquilleo que me hace olvidar por unos segundos a cierta persona.
Llevo mis manos a su cabello, enredando mis dedos en sus hebras para profundizar el beso.

No sé cuánto tiempo pasó, ni cómo llegué al departamento de Mingyu. Solamente cuándo estoy sin ninguna prenda de ropa, con un cuerpo encima mío, restregándose contra mi.

— Ah...Jungkook... —Su boca choca contra la mía y cierro los ojos, tratando de concentrarme.

La imagen de Taehyung aparece en mi mente, aturdiéndome.

Frunzo el seño en medio del beso.
Un sentimiento de amargura inunda mi pecho y cambio rápidamente de posición, ésta vez quedando yo encima.

Con una mano agarro el cabello de Mingyu y lo jalo hacia atrás bruscamente. Suelta un jadeo y hundo mi cabeza en su cuello, chupando y lamiendo, dejando marcas rojizas.

Lo escucho gemir en mi oído, pero sólo me concentro en su piel, tersa y suave.

Me concentro en el apretado interior que envuelve mi miembro, y sin esperar a que se acostumbrara doy la primera embestida.

Porque Taehyung estará fuera de mi sistema.

▫⚪▫

Despierto por la luz que se cola por la ventana. Suelto un bostezo y me giro, encontrando a del otro lado a Mingyu, que duerme pacíficamente.

No recuerdo casi nada, sólo que me he acostado con él.

Suelto un suspiro y me levanto de la cama, para ponerme mi ropa y salir de ahí, no sin antes dejarle una nota avisando que nos veríamos mañana.

Con cuidado de no ver a ningún periodista me dirijo al coche, encendiéndolo para ir a mi departamento.

Hago una cuenta mental y parece que han pasado cinco meses desde que me fui de Corea, y ya me siento parte de la nueva vida que tengo aquí.

Me siento libre de alguna manera.

No me he contactado con ninguno de mis amigos. El papel dónde tenía guardado sus números se perdió entre el movimiento del avión. Pero espero que estén bien.

Llego al edificio de mi departamento y me encuentro con varias celebridades que viven ahí también. Nos damos un saludo rápido y me dirijo a mi departamento correspondiente.

Ya dentro, lo primero que hago es tomar una ducha.
Me tardo más tiempo de lo normal, para quitar los residuos de mi cuerpo.

Ya cambiado y aseado (con olor a frutas por el shampoo) me dispongo a salir a la parte de arriba del edificio, pero mi teléfono empieza a vibrar, anunciando que tengo una llamada.

¿Hola, Jungkook? —La voz de Hyungsik suena a través del aparato.

— Hola Hyungsik, ¿que pasa? —Me dirijo a la sala, sentándome en un mullido sofá.

Quiero saber si quisieras ir conmigo y los demás a tomar algo por la noche. —Lo medito un poco. Hyungsik es uno de los fotógrafos que hicieron una sesión de fotos conmigo.
De alguna manera nos llevamos bien, incluso podría decir que somos amigos.

— Mmh, no lo sé. Ayer también salí y no estoy de humor para otra fiesta.

¡Vamos Jungkook! Además, será genial a quedarte en casa culpándote de algo que claramente no fue tu culpa.

Hyungsik... —Digo en tono de advertencia, pero no le importa.

No Jungkook, sabes que tengo razón. Ese Taehyung fue un idiota por reaccionar de esa manera. ¡Hasta te rechazó en televisión! No fue tu culpa enamorarte de él y lo sabes. En este caso, tu deberías de molestarte con él por su reacción. Yo que tu, hasta lo odiaría.

Me remuevo incómodo, esas palabras tomando un poco de sentido en mi mente. 

No, no debo odiar a Taehyung.

Pero...

Está bien, iré con ustedes.

¡Así se habla! Te paso a recoger a las ocho, nos vemos.

Cuelgo la llamada y cierro los ojos molesto. Llevo mis manos a mi cabeza y revuelvo mis cabellos.

Hyungsik tiene razón, no fue mi culpa.

Yo debería de estar enojado con él.

Con un gruñido me levanto del sofá y voy hacia la parte de arriba.
Con inseguridad saco de mi bolsillo la pequeña caja y la miro unos segundos, antes de llevar uno de los cigarros a mi boca y encenderlo.

Doy una calada y miro el cielo brillante, fastidiándome la luz.

Nunca más volveré a derramar una lágrima por él.

Taehyung está mal.

▫⚪▫

 —Gumi.

Polemic Song  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora