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Omnisciente.

Jungkook empaca sus cosas con una sonrisa. Mete todo lo necesario para el viaje y sale de casa, tarareando una melodía alegre.

No siente pasar el tiempo cuándo ya está cerca de su casa, teniendo que reprimir una sonrisa ante los recuerdos que le dan esas calles.

La residencia en dónde vivió su infancia no era tan llamativa ni mucho menos lujosa, estaba en el nivel promedio.

A lo lejos mira el objetivo de su visita: una casa color blanca, con esa puerta de color café que fue testigo de todos los juegos de niños que hacían Taehyung y él.

Toca tres veces la puerta, esperando pacientemente. A los segundos la puerta se abre dejando ver a una mujer con una sonrisa brillante que extiende sus brazos, Jungkook deja sus maletas en el suelo y abraza a la mujer, que le aprieta y lo llena de besos en su cara.

— Bienvenido a casa, Jungkookie. — Dice con alegría. No había visto a su bebé desde hace casi un año por su trabajo, así que verlo en persona y no en la televisión, le hacen querer estrujarlo en sus brazos y no soltarlo.

— Gracias, mamá —. Suelta una risa por ver a su madre tan contenta, y en el interior él está rebosando de felicidad también.

Su hogar era el único lugar en dónde sentía que podía relajarse y descansar en paz.

— Vamos a la cocina, debes tener hambre. — Jungkook levanta sus maletas y las deja en la sala, viendo con una sonrisa cómo todo sigue igual a cuándo se fue por primera vez.

La tarde cae rápidamente, entre fallidos intentos de hacer un postre complicado que ella aprendió, a contar anécdotas de las cosas que habían pasado mientras el otro no estaba.

Hablar con su madre le relaja hasta el punto de olvidar sus problemas.

Y están terminando de cenar, cuándo ella suelta un suspiro mientras lo mira fijamente. — Hijo, tenemos que hablar.

Jungkook asiente dudativo y alienta a su madre a continuar. — Claro, ¿de que quieres hablar?

— Tú sabes que pasó con tu papá, ¿verdad? — Dice lentamente. Él afirma con la cabeza. — Si, ¿porqué?

— Pero no sabes porqué es que lo dejé. — Cierra los ojos e inhala profundo, tratando de no quebrar la voz frente a su hijo. — Es hora que sepas porqué es que lo dejé. Pero para eso, te tengo que contar desde el principio.

[ ... ]

¿Alguien nuevo se va a mudar al lado? — Pregunta la niña de doce años a su padre, que asiente con una sonrisa por el entusiasmo que emana su hija.

Si, la familia tiene una hija de tu edad. — Los ojos de la pequeña se iluminan de la emoción, nunca antes había tenido una vecina de su edad. — Quiero ser su amiga.

Hazlo, si quieres cuándo se instalen vamos a visitarlos y les llevas de paso un regalo de bienvenida.

¡Claro!

[ ... ]

Hola. — Dice nerviosa. La otra chica la observa confundida pero luego sonríe, saludándola de vuelta. — Hola.

Somos los vecinos de al lado. Mi hija estaba entusiasmada por tener a alguien de su edad por aquí. — Se presenta su padre, con su madre al lado regalando una sonrisa a los adultos.

Polemic Song  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora