Parte 13

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Luego de aquel encuentro que no fue para nada incómodo decidimos salir de la cabaña a las 8:02 am. Ninguno de los dos nos dirigimos la mirada, pero no sabía si era por vergüenza o algo más.

Mi mano apretó el volante cuando sentí como mi estómago se revolvía haciéndome sentir ansioso. Mi cabeza se viró a un lado y pude notar como JiMin observaba las calles con gran admiración, lo cual me hizo sonreír.

Por un momento quise golpearme la cabeza, porque solo de pensar que las cosas entre él y yo habían sido un poco apresuradas, me causaba timidez, lo cual era raro en mí.

-¿JiMin?

Él seguía mirando por la ventana, observando el pintoresco lugar y las pequeñas casas amontonadas entre sí, la mayoría de paredes amarillas y techos rojos, viéndose un poco antiguas y coloridas.

-¿Te encuentras bien?- pregunté.

-Sí-sí, estoy bien. ¿A dónde vamos a ir primero?- Interrogó con una pequeña sonrisa nerviosa.

-Bueno, primero iremos a comer algo- Informé y detuve mi auto en una cafetería tan pintoresca cómo todo el lugar en general.

Bajamos, y entramos al acogedor sitio, el cual nos recibió con un olor a café, pan recién horneado, y chocolate caliente. Nos sentamos en una de las mesas y una vez ahí una chica vino a tomar nuestras órdenes.

Pude notar la cara de JiMin un poco confusa al no entender lo que aquella chica pelirroja decía. Yo sonreí, al ver su ceño a medio fruncir y mirando los labios de la blanca muchacha como si intentara descifrar una paradoja.

Lo bueno era que yo sabía un poco de polaco así que una vez que ordené para los dos, la pelirroja se retiró con una amable sonrisa en el rostro.

-Oye, no te rías- Se quejó JiMin.

-Lo siento, tu cara se veía graciosa hace unos momentos- Dije sintiendo como mis ojos se cerraban un poco por la sonrisa tan grande que en ese momento habré puesto.

-Ja, ja, ja, muy gracioso- se quejó, pero también con una hermosa sonrisa en sus labios.

Con JiMin había reído más que con cualquier otra persona en toda mi vida.

Me sentía raro.

Los dos nos quedamos así por un momento, mirándonos a los ojos por lo que pareció mucho tiempo. En su mirada había algo que me atrapaba, había algo en esos ojos brillantes y no sólo resguardaban ternura, sino también un poco de crueldad.

-Bueno, como sea- apartó la mirada- ¿Tus padres no pusieron problema por traer a un extraño a su cabaña en el otro lado del mundo?

-No, estaban contentos de que por fin venga con compañía y así no amargarme solo- Dije divertido.

-Oh vamos, no eres tan amargado.

-¿En serio?- pregunté con ironía, levantando mi ceja.

-Bueno, tal vez... solo un poco- recalcó, ahora soltándose y dejando la timidez a un lado.

Yo sonreí y lancé un resoplido, así dando nuestra conversación por terminada por un minuto.

La compañía de JiMin no fue tan mala como en algún momento pensé que sería, en realidad era agradable estar en otro país y hablar con alguien y más si es alguien bonito y que al parecer tolera mi mal humor. Lo que me recordaba...

-Oye, yo... quería disculparme contigo- dije, apretando mis labios.

Creo que disculparse es más fácil si lo sientes de verdad.

-¿Por qué?

-Por todo lo que te hice pasar al principio, sé que fui un imbécil que te trató mal y en serio lo lamento mucho.

Él pareció pestañear sorprendido, pero a la vez abrumado. Lo vi abrir la boca, pero al final se quedó callado cuando la chica de hace un momento trajo nuestra orden lista y la dejó sobre la mesa. Los dos estábamos comiendo en silencio, escuchando como las conversaciones de las personas en las otras mesas apaciguaban nuestra falta de habla.

-¿Sabes?- dije- Nunca me has hablado de tu familia, sólo de tu madre, pero en realidad ni siquiera sé su nombre.

Miento, ya que si lo sabía, lo sabía desde el principio.

Pero quería que él me lo contara de su propia boca, quería saber más, pero no tener que averiguarlo yo sólo, sino que él me platicara de su vida.

-Oh, mi-mi familia, claro. Mi madre tiene una compañía en China, tal vez hayas escuchado de ella, su nombre es Xiang Ya. También tengo un dongsaeng llamado JiHyun...- dijo asintiendo con la cabeza, cómo si estuviera diciéndose a sí mismo que lo que acababa de decir era correcto.

¿Dongsaeng? Mi ceño se frunció, ya que esto era algo que claramente no sabía, pero no quise preguntar y verme sospechoso, así que me decidí por otra cosa.

-¿Y tu padre?

Levantó sus ojos a mí y no sé si lo imaginé, pero pareció que me fulminaba con la mirada.

-Murió hace varios años.

¿Muerto? ¿Su padre? ¿Por qué eso no se mostraba en el expediente que me dio el señor Lee? ¿Por qué su padre está muerto? ¿Cómo murió? Muchas preguntas rondaban por mi cabeza y ninguna fui capaz de formularla. Tantas malditas preguntas y ninguna sin respuesta.

-Lo siento, no quise...

-Esta bien, no pasa nada- Dijo, sonriendo con los labios juntos y concentrándose en su comida.

Luego de nuestra pequeña conversación el silencio nos acompañó de nuevo, pero esta vez con un toque raro en el ambiente.

Una vez terminamos nuestras comidas, nos encaminamos al auto y manejé por las alegres calles de Cracovia, pasando a personas que caminaban en sus propias burbujas.

Ya sabía a que lugar dirigirme, quería que JiMin disfrutara de este viaje que nunca había compartido con nadie. Quería que su experiencia aquí, conmigo, nunca la olvidara. Y que me recordara así como en realidad era, no como el odioso y querido Namjoon. No, sólo quiero ser Kim NamJoon, porqué una vez que estemos de regreso a Corea sé que las cosas no van a estar para nada bien aunque yo así lo quisiera.

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Nota del cap: La razón por la cual el hermano de JiMin, Jihyun, no salió en la información que NamJoon pidió fue porque Jihyun aún es un adolescente y su madre no quiere que los medios conozcan de la existencia de su hijo menor, sólo para que éste pueda tener una vida un poco "normal"
La madre de JiMin lo tiene tan bien escondido que ni siquiera con la gran fortuna de los Kim podrán encontrar al chico...y encontrar otras cosas más.

~Shay💜

Own It [NamMin] TERMINADA☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora