Parte 14.

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-¿Quieres tomarte algunas fotos?- Pregunté, sacando mi teléfono del bolsillo al ver como JiMin miraba las coloridas pinturas en exhibición con notable admiración.

Luego que terminamos de desayunar, salimos de la cafetería y emprendimos camino hacia uno de los museos más famosos de la ciudad y también mi favorito. El lugar estaba repleto de gente de muchos lugares, pero a pesar de eso, aquel espacio era tan silencioso que casi causaba paz.

-Sí, por favor- Dijo mostrando esa sonrisa radiante que lo caracterizaba.

Mi mirada se dirigió a sus ojos carismáticos, por lo que pareció mucho tiempo. Mi estómago dio un vuelco que me provocó ganas de vomitar, pero a la vez, otra parte de mi, por alguna razón que no entendí, quería lanzarme a los brazos cálidos de Park JiMin.

-Nam, ¿Está todo bien?- Su ceño se frunció, borrando su sonrisa lo que provocó que casi me lamentara.

Carraspee la garganta, asintiendo sin más y levantando mi mano con el teléfono en ella para comenzar lo que yo llamaría una larga sesión de fotos de JiMin. La cámara lograba captar tan bien su belleza, que hasta casi parecía irreal. A los minutos, yo también me uní a las fotos, esta vez convirtiéndose en selfis que él se encargó de tomar.

Cada dos por tres, él se encargaba de poner un filtro diferente; de gatito, perritos, arcoíris en los ojos y hasta de alienígenas. A pesar de esto, cada foto me la tomé sin rechistar, aunque sintiéndome un poco incómodo por las personas que nos miraban, al parecer dos asiáticos tomándose fotos con filtros tontos y haciendo el ridículo era entretenido para ellos. Era eso, o JiMin llamaba mucho la atención con su risita coqueta.

-¿Puedes pasarme las fotos, por favor? quiero subirlas a Instagram- Me dijo, minutos después de haber terminado. Caminábamos uno al lado del otro rosando casi nuestras manos, admirando las obras que se exhibían esa semana.

-Claro que sí, una vez estemos en la cabaña me recuerdas para pasártelas- Hablé, mirándolo y regalándole una sonrisa amable.

Me prometí ser amigable con él, ¿No? si claro, amigable de amigos...

-A veces no entiendo el arte, no sé si es algo en mí, pero en serio no lo entiendo- Dijo cuando se detuvo a unos centímetros de una de las obras de arte más conocidas por aquí, no era arte abstracto, pero si era un poco difícil de encontrar su forma.

Debajo de la pintura, en una lápida de plata, con letras muy elegantes y pulcras se podía leer: "El beso, de Gustav Klimt". Era colorida, creería que la más colorida del lugar, con ese tono amarillo brillante que la caracterizaba, aquella que escondía la pasión de los amantes.

-Es una obra que transmite belleza y erotismo, pero lo hace de una manera elegante y casi bonita, llegando a no ser ofensivo. Los amantes se refugian en un capullo de oro, lo que representa su propia intimidad y felicidad- Dije muy seguro de mí mismo, claro que lo estaba, el arte era mi fuerte- De alguna manera me hace recordar a...- Preferí mejor quedar en silencio ante lo que sabía que iba a decir.

-¿A qué?- Quiso saber, aún sin apartar su mirada de la pintura.

A nosotros, ahora, aquí.

-A nada, sigamos caminando.

Lo escuché quejarse todo el camino a la salida, ya que no le quería decir a lo que me recordaba la pintura y aunque en otros momentos me hubiera molestado tanta confianza entre nosotros, ahora no era algo que me desagradara...tanto.

tanto

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Own It [NamMin] TERMINADA☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora