Parte 19

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-¿Estás seguro de que lo trajiste?- Pregunté, mirando debajo de la cama.

-Claro que lo traje, lo usé hace unos momentos, Nam- Me avisó, desde la cocina de su casa, tal vez rebuscando en los cajones.

Estar en su casa y no en la mía ya era un hábito, porque luego de semanas en las cuales le insistía conocer el lugar en el que se quedaba, por fin lo había logrado y no había nadie que pudiera sacarme de ahí. Pasábamos noches juntos, hablando tonterías, viendo películas o besándonos sin sobrepasar la línea.

Parecía que con Park JiMin me estaba conteniendo tan bien, pero sabía que era cuestión de tiempo antes de que mi libido explotara como una bomba. Estar en abstinencia no era fácil, mi pene necesitaba atención y no sólo la mía, meses sin encajar mi miembro en algún orificio me estaba volviendo loco. Pero mi veneración y esa incapacidad que tenía de ver a alguien más que no fuera él, me mantenía fuerte, no quería forzar las cosas, pero lo quería tanto que no hubiera sido capaz de buscar a alguien más para satisfacerme, no le haría eso.

Dios, iba a enloquecer, en cualquier momento me lo comería entero, todo y cada parte de él, lo engulliría tan deliciosamente que pediría a por más, iba a hacerlo olvidar los hombres con los que había estado y en su mente sólo iba a estar mi polla, llenándolo.

Sacudí mi cabeza, quitando esos pensamientos si no quería tener una erección en medio de su habitación.

-Si no tuvieras el mal hábito de ponerlo en silencio ya lo hubiéramos...- Comencé a hablar, mientras abría cajones buscando el teléfono extraviado de JiMin, pero algo llamó mi atención- encontrado...

Entre su ropa interior, un objeto rosa que nunca había visto ahí, se llevó toda mi atención. Con extrañeza fruncí el entrecejo, tomándolo lentamente. Aún impresionado, presioné el botón para encenderlo, casi ahogándome con mi propia saliva cuando comenzó a vibrar en mis manos y a escucharse aquel sonido característico.

Aquello era...

Pasé saliva por mi garganta, sintiéndola tan seca, con mi lengua remojé mis labios, dejando volar mi imaginación, por mi mente pasando tantos escenarios en los cuales JiMin usaba aquel vibrador para darse placer.

-Lo encontré, estaba en...- Caminaba hasta mí, sonriendo, pero se detuvo en cuanto vio el objeto rosa, aun vibrando en mis manos- ¡Mierda! ¡Deja eso!

Corrió hasta mí, con las mejillas tan rojas, mientras tiraba su teléfono en la cama y me quitaba el vibrador, de inmediato dándome la espalda y apagándolo.

Los dos nos quedamos en un silencio incomodo, él de espaldas a mí, con los brazos retraídos a su pecho, escondiendo el aparato, mientas yo miraba sus hombros que subían y bajaban, su respiración escuchándose nerviosa.

Carraspee mi garganta, sintiéndome un poco tímido por hurgar en sus cosas sin permiso.

-JiMin...

-Yo...ahg...iré...- Pero no terminó de hablar, cuando comenzó a caminar.

Pero antes de que siquiera pensara de salir de la habitación yo me interpuse, cerrando la puerta para que no pudiera escapar.

No sabía que haría a continuación, pero si estaba seguro de que no quería dejarlo salir de aquella habitación.

sin poder evitarlo, mis ojos cayeron nuevamente en el aparato rosa que JiMin trataba de esconder en sus manos. Mi pelvis dio un tirón, casi sacándome un gruñido al pensar en todo lo que podía hacerle con aquel juguete.

-Ven aquí- Lo tomé de la muñeca, sin darle tiempo a protestar y lo encaminé a la cama, haciéndolo sentarse de golpe y quitándole el objeto de la mano.

Own It [NamMin] TERMINADA☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora