Own It [NamMin] TERMINADA☑️

Parte 31

Sentía que mi cabeza daba vueltas mientras mi estómago se revolvía, tal vez producto de mi ebriedad la noche anterior. Intenté abrir los ojos, pero tenía miedo de enfrentar la realidad que tanto parecía querer atormentarme.

Me revolví incómodo en la cama en la que me encontraba acostado. Los recuerdos me llegaron como una gran y fría ráfaga de viento, recuerdo cómo corrí cual loco sólo para que el auto acabara con mi vida, recuerdo al auto detenerse a unos centímetros de mi cuerpo, recuerdo el frío que hacía, el miedo y la adrenalina que atravesaba mis venas, cual cuchillo afilado rasgando mi carne. Recuerdo...

-¡NamJoon!- Me levanté de sopetón, haciendo que mi cabeza doliera aún más, haciéndome fruncir el entrecejo, mientras mi mano se dirigía a mi frente, que estaba húmeda gracias a que una toalla mojada estaba hace un tiempo en esa zona.

-Carajo, que susto- Susurraron.

Abrí mis ojos y miré a mi costado, en un sillón de cuero negro se encontraba un chico frotándose el cuello con sus manos venosas, mientras sus hostiles ojos parecían querer perforar mi frente con una bala.

Sin nada de disimulo escruté con mis ojos todo lo que me rodeaba; las sábanas que me arropaban eran de color negro al igual que las cortinas, el armario, las lámparas y las mesitas de noche. Las paredes eran de un blanco impecable al igual que la ropa de cama. Mis ojos se movían de un lugar a otro hasta que cayeron en aquel chico de cabello tan negro como el carbón, su piel era blanca, sus labios abultados y un poco rosados, su peinado le daba un aire despreocupado y a la vez amenazante, portaba una camisa negra sin cuello, pantalones del mismo color e iba descalzo.

Mi mirada se mantuvo sobre él de manera sorpresiva mientras que el chico se mantuvo aún mirándome con el ceño fruncido.

-Oye, sí que tienes huevos, mira que lanzarse así a un auto es de locos. No te podrás imaginar el puto susto que me diste- Dijo aquel chico negando con su cabeza en desaprobación.

-No puede ser- Susurré para mí mismo, sintiéndome un poco avergonzado y tal vez algo desilusionado.

-¿Qué no puede ser? ¿Eh? ¿Te sorprende estar vivo?, bueno a mí también me sorprende, por poco y no me da tiempo de frenar- Se levantó de donde estaba, se acercó a la mesita de noche y me tendió un vaso con agua- Ten. Bebe, debes estar deshidratado y desorientado.

-Gracias- Susurré con debilidad y tomé el vaso con agua con desconfianza, ya que ese hombre era un total desconocido para mí. Miré el agua por lo que fueron segundos, haciendo que la otra persona pusiera los ojos en blanco.

-Sólo es agua- Dijo, volviendo a su sitio anterior, Decidí confiar en él y beber el agua con desespero. Total, ser drogado por alguien todavía no estaba en mi lista de cosas lamentable- Hazlo despacio, puedes lastimar tu garganta.

Hice lo que dijo, sintiéndome intimidado por lo guapo que era y la poderosa aura que portaba. Una vez tomé todo el contenido del vaso pude suspirar con un poco de alivio, mientras lo dejaba a un lado.

-Disculpa- Hablé, haciendo que sus negros ojos me miraran fijamente, como si quisiera leer mis pensamientos- ¿Quién eres? ¿Estás seguro que eres tú el hombre del auto?

-¿Por qué lo preguntas?- Ladeó su cabeza a un lado de manera interrogante.

-Recuerdo haber visto a otra...persona.

Escuché como el hombre desconocido emitía un bufido de fastidio mientras cruzaba sus piernas, aún mirándome. De repente, una sonrisa irónica se posó en sus labios, haciendo que mi corazón diera un vuelco al admirar lo bien que se veía sonriendo con aquellos dientes tan blancos y rectos.