Parte 9

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Aún me encontraba acostado con JiMin, abrazando su linda cintura, sintiendo como su pecho subía y bajaba con delicadeza. Giré mi cabeza a la derecha, miré mi reloj en la mesita de noche y noté que ya eran las ocho menos cinco PM.

- ¿Nammie? - Solté un pequeño resoplido por ese tonto apodo e hice un ruido con mi boca indicando que lo escuchaba- ¿Ya comiste?

-Sí. Si comer Ramen cuenta.

-No, Nam, el Ramen no cuenta, ve a bañarte, yo puedo prepararte algo de comer ¿Sí? - Habló y puso una de sus manos en mi hombro.

-No tienes que hacer eso JiMin, no es tu obligación y además yo...

-Sé que no es mi obligación, pero aun así quiero hacerlo. Así que hazme caso y ve a darte un baño- Y aunque no me gustaba que me dieran ordenes yo ya me encontraba levantándome y dirigiéndome a el baño.

Fui directo al espejo y reprimí una exclamación de sorpresa al ver mi estado actual. Mis ojos estaban más hinchados que de costumbres, mi cabello estaba desordenado y mis pupilas rojas. Era un desastre. Bueno, siempre había sido un desastre.

Me despojé de mi ropa, me trasladé a la ducha y una vez allí encendí ésta. Mi piel se erizó al tener contacto con el agua fría. Porque sí, amaba el agua fría, era lo que me mantenía en la tierra, porque mi cuerpo percibe el frío de la realidad, y el agua caliente me hace sentir inquieto, y odio la sensación.

En ese silencio sepulcral y en esa soledad me hacen preguntarme: ¿Qué carajos es mi vida? A veces pienso mucho en la filosofía de Jean-Paoul sartre: "es cuestión del individuo optar por la vida que él considere mejor". Pero, ¿Cuál es mi mejor vida? ¿Una vida en la cual cambio de chica cada semana? ¿La vida del buen hijo y mal hermano? ¿La vida del chico que se odia a sí mismo y con el corazón roto? ¿La vida en la cuál en ningún universo paralelo merece a Park JiMin?

Después de que ya me sintiera la suficientemente bien, salí de la ducha, enrollé la toalla en mi cintura y entré a mi habitación que se encontraba vacía. Fui a mi armario, saqué mi pijama de seda que consistía de un pantalón gris y una simple pero costosa camisa del mismo color, y me los coloqué.

Al salir de mi habitación pude sentir el agradable olor a deliciosa comida, así que fui a la cocina, pero se encontraba vacía. En la barra había un plato que al parecer contenía Omirice coreano.

- ¿JiMin?

Nada, no hubo contestación. Lo veía comprensible, todo que aquello que había pasado no era para nada normal. Llorar como bebé en los brazos de un hombre había sido lo más estúpido que quizá había hecho en toda mi corta vida.

Me senté en la barra de la cocina, tomé mis palillos y probé la comida. Solté una pequeña risa ya que estaba delicioso, sentí mis ojos picar, y no sabía la razón. Cuando metí el segundo bocado en mi boca pude escuchar como la puerta principal era abierta, caminé hasta ahí, y sentí como si quitaran un peso de mi corazón al ver a JiMin entrando a mi casa y cerrando la puerta.

-Oh, ¿Estabas comiendo ya? - preguntó mientras me sonreía bonito y caminaba hasta posarse delante de mí.

-Sí, ya comía, eh, ¿En dónde estabas? pensé que te habías ido- Pregunté y no pude evitar colocar mi mano en su cabeza sintiendo su sedoso cabello.

-Ah, tu basura estaba acumulada, sólo fui a tirarla. Aunque ya es tarde y tal vez yo debería ir...

-Quédate a dormir- Sugerí, no siendo consiente de mis palabras, pero ya dándome igual.

-Oh, ah, e-está bien, supongo que no hay problema.

-Bien, vamos a comer- Tomé su mano y nos encaminé nuevamente a la barra de la cocina.

Own It [NamMin] TERMINADA☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora