Capítulo 2

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Año y medio antes...

Tras un abrumador y agotador día, había una sola cosa que su cuerpo le pedía hacer a gritos. Tomar un largo y aromático baño mientras bebía una copa de vino tinto, acompañado de tenue música instrumental para relajarse.

Tener que lidiar con los nuevos inversionistas y el director de la Federación Nacional de Fútbol para que la empresa patrocinara el partido final de la próxima temporada de la Bundesliga, — o como otros conocen, la Liga Federal — lo habían dejado exhausto.

De no ser por las ganancias que ese deporte generaba en el país y lo mucho que esa acción los ayudaría a minimizar los impuestos anuales que debían pagarle al estado, él no hubiera aceptado aquello. Patrocinar la final, donde se esperaba que el FC Bayern München — El Bayern de Múnich — defendiera su título en casa contra el Borussia Dortmund, era algo extenuante.

No se trataba de los trámites ya que de eso él no se encargaba, tenía personal que se ocupaba de ello, sino, de todos los eventos que a raíz de eso se desataba. Mismos en los que tendría que hacer acto de presencia, interactuando con grandes empresarios, entres los que estaban algunos con los cuales Namjoon preferí mantener el contacto al mínimo.

Cerró los ojos y dejó que su cabeza cayera hacia atrás. Ahí estaba nuevamente. Por más que lo intentara, ni siquiera en la tina podía dejar de pensar en trabajo. Resopló con pesadez regañándose mentalmente antes de tomar la copa colocada en el borde de la bañera.

Ese sabor amargo y seco que se localizó en la parte posterior de su lengua, dejó un poso agradable en su boca. No era el vino más equilibrado pero sin duda su paladar simpatizaba gratamente con el. Regresó la copa a su lugar tras un nuevo sorbo y sus ojos finalmente se percataron de sus dedos. Parecían uvas pasas del tiempo que llevaba sumergido en el agua; entonces supo que ya era hora de salir de allí.

Se puso de pie dejando que el agua corriera por todo su cuerpo hasta quedar escurrido, disfrutando de la frescura que abrazaba su cuerpo en esos momentos. Sacó una pierna de la redonda bañera blanco incrustada en el suelo — esa que lucía exactamente como su jacuzzi — y pisó el primer escalón, repitiendo la misma acción con la otra pierna. Secó sus pies en la negra alfombra y caminó hasta quedar frente al espejo, apoyando sus manos en el largo lavabo rectangular que allí se situaba.

Una mano quitó el sudor del espejo causado por la alta temperatura que allí se concentraba y contempló en silencio su rostro. Esa era una acción que repetía cada vez que tomaba un baño desde que era pequeño y que, a sus veintiséis años, todavía mantenía.

— Mi único enemigo siempre ha estado encerrado en el espejo. Sólo tú puedes derrotarme y eso no te lo permitiré. — Habló para después darse la vuelta y tomar su albornoz azul marino junto a sus pantuflas para dejar el cuarto de baño, no sin antes tomar consigo la botella de vino y la copa que estaba utilizando.

Atravesó todo el pasillo sintiendo como la música se apagaba automáticamente tras su partida y caminó hasta su oficina. El Pinot Noir armonizaba su escritorio junto con su MacBook que acababa de abrir. Bebió de su copa y sonrió... "El vino más romántico. Tan voluptuoso como un perfume, tan dulce y agudo, tan impactante y poderoso que, al igual que el amor, hace correr la sangre caliente y la cera del alma de forma poética." Las palabras del señor Fleishchman poetizaron su mente en ese momento. Tenía toda la razón con respecto a esa descripción suya que había leído en alguna revista.

Ya habían pasado más de quince días desde su última consulta. El apogeo en el trabajo no le había permitido tomarse tantos días como le hubiera gustado y los fines de semana no estuvieron exentos de obligaciones. Abrió su correo electrónico especial y comenzó a leerlos uno por uno, mirando todas las nuevas solicitudes.

Dr. Control - NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora