Capítulo 57

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— ¿Todo bien? — La voz de Jimin alivianó el extraño ambiente creado en aquel lugar donde Namjoon aún sostenía firmemente el brazo de su hermano.

Le costaba creer en esa buena actitud que repentinamente Jungkook mostraba, quería creerle pero sabía que su hermano podía ser tan embustero como quienes lo engendraron. Fueron muchas las veces que este lo traicionó, decepcionó o engañó a través de los años hasta que se juró no volver a caer en sus trampas. Sin embargo, quería tanto creer en esa imagen que le mostraba en esos momentos.

Por ese motivo sostenía todavía con gran fuerza en su brazo mientras el contacto visual se intensificaba casi sin pestañear. Escuchar la voz de Jimin hizo que suavizara el agarre, desviando finalmente la mirada para ver al rubio parado en la puerta con evidente preocupación. Abrió suavemente su mano y dejo ir a un callado Jungkook que pasó por el lado del rubio dedicándole una mirada indescifrable.

— ¿Todo bien por aquí? — Volvió a preguntar situándose delante del peligris cabizbajo que mantenía su cabeza funcionando a mil por segundo. Masajeó suavemente sus brazos y lo abrazó mirando hacia la puerta por donde acababa de salir el menor, preguntándose qué tan grande eran los problemas entre ellos. — No estás solo, estoy aquí.

Fue lo único que musitó al no obtener más respuesta que un fuerte abrazo que casi le cortaba la respiración y una cabeza que se restregaba contra su pecho. Su corazón se destrozaba cada vez que lo veía tan vulnerable cuando estaba acostumbrado a verlo siempre desbordando seguridad y control de cada emoción. Cuando ese control se iba y dejaba mostrar todas las imperfecciones que cada ser humano tiene, se sentía aún más cerca y unido a ese hombre como los tejidos de la piel.

Jungkook salió de allí con su ceño fruncido, sin rumbo. Todo fue más tranquilo de lo que se imaginó pero todo estaba negro no podía pensar con claridad nada. Un castaño caminaba en su dirección o más bien hacia al baño cuando lo vio e intentó huir sin éxito, siendo agarrado del brazo y arrastrado hacia un baño privado dentro de una de las habitaciones.

Taehyung miraba hacia todo los lados con temor y preocupación de que los vieran actuando con tanta confianza y familiaridad pero por mucho que protestó y le susurró que lo soltara, el pelinegro no le hizo caso hasta no estar encerrados en aquel baño. Sintió un firme agarre en su cuello que era suave pero demandante, vio en esos ojos el desconcierto, pánico y frustración.

Pudo sentirlo temblar en el agarre que ejercía pero antes de poder mediar palabra, la mano que sujetaba su cuello ascendió lentamente hasta adueñarse de las mandíbulas. Su boca fue asaltada sin mano armada pero con toda la pasión, deseo, necesidad y cariño que el menor le pudo transmitir.

El intento por resistirse y alejarse fue muy corto, ni siquiera llegó a un minuto pues con solo sentir la urgencia con la que era aclamado lo hizo bajar todas sus defensas, sin entender por qué amando a su esposo, Jungkook provocaba tantas cosas en él. Era una adrenalina pura que lo azotaba cada vez, por sus situaciones sentimentales, por Namjoon, porque sabían cómo se sentía el otro por su presencia. La gran diferencia entre las veces anteriores y esa era que esta vez no había alcohol de por medio mas que la única copa que bebieron para brindar a la llegada.

Principalmente Taehyung, esta vez estaba totalmente consciente de lo que estaba pasando, lo que estaba sintiendo, no eran más recuerdos y sensaciones plasmadas en su piel que vibraban cada vez que lo recordara como si hubiese sido marcado por un candente hierro.

Nunca habían tenido sexo pero cada vez que sus besos se descontrolaban gemían de placer, justo como en ese momento en el que estaba aferrado a la azabache cabellera dejando que aquella húmeda lengua surcara su cuello y se perdiera en su calidad bucal con libertad, como si perteneciera a ese lugar.

Dr. Control - NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora