Capítulo 11

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Doctor Control:

Pensé detenidamente sobre si debía o no enviar este correo, ni siquiera sé si lo vaya a leer. No obstante, no podía por alguna razón estúpida dejar las cosas de la forma en que terminaron.

Incumplí la mayor regla estipulada en el contrato y sinceramente lo siento mucho, no deseé incomodarlo con mis actos. A mi defensa, lo único que puedo decir es que realmente no pude contenerme y de eso, usted tiene la culpa. No es fácil mantenerse a raya cuando un hombre como usted me está ofreciendo las mejores caricias, estímulos y orgasmo que he recibido en toda mi vida. No pude evitar desear besarlo, acariciarlo y aferrarme a usted porque en ese momento, usted no era simplemente el doctor control, fue mi amante y me sentí literalmente en sus brazos.

Estoy consciente de que esta acción logró que nuestras sesiones culminaran sin esperanzas de más y lo lamento porque no podré volver a sentirlo cerca. Sin embargo, no me arrepiento de lo hecho.

Espero que viva una feliz vida y que se encuentre con clientes más disciplinados.

Atentamente.

Quien no se pudo controlar entre sus brazos.

Namjoon estaba sentado como de costumbre frente a su ordenador cuando recibió aquel correo que no esperaba recibir. Ese no había sido el primer individuo que había roto las reglas pero sí el que más lejos había llegado, el único que lo había desconcertado a tal punto de no saber exactamente como reaccionar. Fue el único que logró sacarlo de su esquema e incluso, excitarlo.

Aún después de finalizar la sesión, no pudo sacarse de su mente sus gemidos, expresiones, su físico y la forma en que perdió el control. Se sintió asustado e intimidado porque no estaba preparado para su toque. No fue algo que él deseara, al menos no conscientemente, porque en varias ocaciones él también sintió deseos de acercársele. Hasta inclusive, había deseado besarlo, él nunca había sentido el deseo o la necesidad de besar una persona pero aquellos labios, levantaron ese velo inexistente. Lo único que lo hizo detenerse fue su encasillada mentalidad, tampoco quería romper su contrato, era como romper su palabra.

Cuando salió de la habitación dejándolo atrás, se encerró en su propia habitación. Permaneció recostado a la puerta confundido durante varios minutos, hasta que la opresión en su entrepierna lo obligó a desplazarse hasta el baño y, por segunda vez — siendo la sesión anterior la primera — en sus casi tres décadas de vida, se tocó pensando e imaginando a otro hombre.

No podía negarlo, deseaba volver a verlo, quería tenerlo bajo sus manos y hacerlo delirar del deseo y excitación una vez más. Por esto, cuando divisó su correo no se esperó para abrirlo y leerlo ignorando todos los demás. A medida que avanzaba su lectura de aquel corto correo, su sonrisa se iba ampliando, no estaba claro por qué, pero le gustaba saber lo que despertaba e él. Sabía que eso mismo sentían otros pero ese rubio se había ganado su atención desde su primer correo.

Bebió de su copa de vino sentado en aquella silla, envuelto en su bata y, antes de que pudiera percatarse, ya se encontraba tecleando una respuesta.

Para el que no se pudo controlar:

¿Creería si le digo que me alegra recibir su correo?

— No Namjoon, ese pensamiento no puede ser escrito. — Murmuró para si borrando lo ya tecleado. Jugueteó con sus dedos y mentón mientras pensaba en una mejor respuesta.

Para el que no se pudo controlar:

Como podrá ver sí he leído su correo, de hecho, leo todos los que recibo así que no se preocupe por ese detalle si desea escribirme en algún otro momento.

Dr. Control - NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora