Capítulo 50

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El primer plan fue ir a conversar hacia la oficina presidencial de KNJ Enterpreises, sin embargo, luego de pensarlo bien, terminaron en un muy discreto bar con una música baja que les permitía conversar tranquilamente. Mirándose como si el contrario fuese un padre al que rendirle cuenta, se encontraban el presidente y Ha Sungwoon.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro de que Park Jimin es tu hermano? Es decir, lo vistes dos veces en Corea del Sur y no sabes absolutamente nada de él. Jimin creció...

— En un orfanato junto a Taemin, lo sé. Sé que todo esto te puede parecer raro pero dada tu relación con él, quiero contarte todo para que puedas comprender. — Suspiró alcanzando su whisky. — es una larga historia pero te la voy a resumir.

— Por favor...

Pasaron largas horas hablando en donde su socio  le contó en confianza la historia que abrazaba a Jimin y sinceramente, no sabía qué decir. Pensaba en todo lo ocurrido con el rubio y su corazón se arrugaba en dolor. Por él, por su pasado. No era la primera persona que conocía en esas circunstancias, de hecho, cuando huyó de su casa, antes de ser regresado por la fuerza a su familia, él también conoció a un niño que escapó de uno de los tantos orfanatos de Corea.

No creció en uno de esos lugares pero sinceramente no sabía qué hubiese sido mejor. Su casa fue el peor lugar para vivir, motivo por el cual se emancipó y escapó cual cobarde en cuanto tuvo la oportunidad llevándose consigo a Soobin siendo aún un niño. Pensó que sus padres se preocuparían por él pero ni su madre ni el señor Jeon movieron un dedo para reclamar al menor de sus hijos.

— Entonces... ¿Debería llamarte cuñado?  — Alzó sus cejas con una sonrisa haciendo remover al contrario en su puesto. — Deberías relajarte, nos conocemos desde hace algún tiempo, fuimos a la misma escuela y tenemos la misma edad. A eso vamos añadirle que eres la pareja de mi hermano o, ¿me equivoco?

— Sí, entre nosotros no hay nada, no tenemos ese tipo de relación. Por si no completaste tu investigación él es un hombre casado, tiene una hija.

— ¿Y?

— ¿Cómo que, y? — Lo miró entre sorprendido y molesto por la forma en que este se encogía de hombros sonriendo.

— Si bien en Corea del Sur los vi en dos ocasiones, me bastaron para darme cuenta que existía algo entre ustedes. Se miraban como enamorados, como una pareja que tenía su amor consolidado y latente, no como un par de amantes que vivían un momento pasional y lujurioso sin trascendencia. No los conozco verdaderamente, estoy temporalmente en Alemania buscando acercarme a él pero aún así, sé lo suficiente como para darme cuenta que la relación de ambos es más real que su matrimonio.

— No sabes de lo que hablas. — Musitó negando pero pensando nuevamente en todo lo visto y escuchado en los últimos dos días mientras se daba un trago desviando la vista. — Entre nosotros no hay nada.

— Hay más de lo que quieres admitir pero ese no es mi problema. Sinceramente, ahora lo único que me importa es Jimin y su bienestar. Necesita tener el apoyo y cariño que le ha faltado desde que nació, yo se lo daré todo e incluso más de lo que pueda darle. Aclara tu cabeza y decide qué vas hacer, estás o no con mi hermano pero no lo confundas ni lo trates mal mirando desde tu punto de vista sin ponerte a pensar en él y todo lo que vive diariamente. Quiero que sigamos teniendo una fructífera relación que no sea únicamente de negocios. Si bien debo de ser imparcial y separar la vida personal de la profesional, en este momento ignoraré esa regla. No me temblará el pulso para ir contra ti, Kim.

Namjoon frunció el ceño dedicándole una mirada seria por encima de su copa, dejando que una risa cínica se adueñara de su boca. Colocó con elegancia su vaso sobre la mesilla, cruzó sus piernas apoyando el mentón sobre sus dedos índice y pulgar para mirarlo fijamente.

Dr. Control - NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora