Capítulo cinco|

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CAPÍTULO 5

RECUERDOS DE DORIAN

Era sábado. Sí. ¿Por qué no me encontraba feliz? Bueno, en realidad, nunca lo he estado.

Simular la felicidad se había transformado en algo tan corriente para mí. Y ese era un día en el que fingí estar feliz.

Charles Gray es una de las personas que me obliga a hacerlo.

Se suponía que era un día de visitas más, donde; naturalmente yo debería estar en casa de mis padres. No obstante, del cien por ciento yo siempre soy el único que pertenece a un porciento de personas que no visitaba a su familia en ese día "tan especial".

A Charles era la única persona en el universo que le importaba.

Hasta ese día.

Recuerdo esperarle en el umbral de mi cabaña (algo de costumbre) cuando la silueta que logré distinguir a lo lejos no solo se trataba de una persona, sino de dos. No eran dos hombres, era Charles y una chica rubia que le acompañaba.

Enchiné mis ojos para distinguirles mejor, pero no lograba hacerlo. Me pregunté qué cuándo había sido la última vez que había visto a una mujer tan hermosa. Tan perfecta, tan maravillosa.

Y lo recordé...

Anabeth

Me desperté muy temprano ese día. Quería ser la primera en llegar al Centro, pero a pesar de que conseguí llegar a las seis y media consideré que era demasiado tarde.

—Mira nada más, que maja te ves —me cortejó Eric al verme.

Me encontraba llenando los últimos formularios que Susana me había encargo con ayuda de mi laptop que ya había instalado en mi... posible oficina.

Por cierto, ese día sí me había esmerado con el vestuario, la ropa que me acompañaba me hacía sentir parte del lugar. Traía una combinación de una falda nívea y una camisa de seda matiz dorado y, un calzado de tacón del mismo color, dorado.

—Hola Eric —le saludé, una vez que terminé la primera parte del formulario —, ¿cansado?

Él se apoyó en el umbral de la puerta de mi oficina (no oficial) y me lanzó una sonrisa de lado, para luego negar.

—Qué va. Ahora que tengo a mi novia en el trabajo no tengo por qué sentirme cansado.

Yo le devuelvo la misma sonrisa y sigo con las preguntas.

"¿Ha ingerido drogas alguna vez?"

"No".

— ¿Ya hablaste con Wolfe?

Levanto mi vista para verle a los ojos. Ahora le sonreí disgustadamente.

— ¿Con Dorian? No.

— ¿Serás su consejera?

Me encogí de hombros prestándole escasa atención. Estoy embrollada con estas preguntas.

—Espero que no —masculló y de inmediato citó mi atención.

Frunzo el ceño en su dirección.

— ¿Por qué no?

Él suspiró con algo de pesadez y se sentó en el borde del escritorio que se encontraba frente a mí.

—Porque apenas empiezas y no quiero que te estreses tanto.

Yo le lancé una sonrisa tierna.

—Anda, Eric, como si esto fuese difícil.

Ruina Mental: Dorian Gray ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora