Capítulo veinticuatro| Mr. Wood

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CAPÍTULO 24

Anabeth

Eric sostiene mi mano como nunca. Está nervioso y puedo verlo exteriorizando sus sentimientos por todo su lenguaje corporal.

Ver a su padre parece afectarle más de lo que esperaba.

—Tranquilo —le dije acariciando su espalda —, todo saldrá bien.

Él respiró hondo y se dispuso a destensar su cuerpo.

Nos encontramos en el aeropuerto de Washington esperando a su padre quien en unos minutos aparecerá por las escaleras eléctricas. Eric sostiene un cartel con sus manos que dice el nombre de su padre "Spencer Wood".

—Espero que ese avión ya haya aterrizado —dice en risillas nerviosas.

Le dedico una cálida sonrisa mientras me dedico a ver sus bonitas facciones, ver cómo su rostro se ilumina y... de pronto palidece al mismo tiempo.
De inmediato giré mi rostro para encontrarme con un señor de edad con una maleta de ruedas bajando las escaleras eléctricas. El señor Wood saluda a Eric desde arriba con el dedo meñique arriba, Eric sonríe y empieza a encaminarse hasta el final de las escaleras.

El corazón empieza a palpitarme con fuerza, es una locura conocer al increíble señor Wood.

—Padre —saluda Eric una vez que el señor baja de las escaleras.

— ¡Eric! —El señor Wood se abalanza sobre él y le da un amistoso y chistoso abrazo de oso. Eric parece asfixiarse así que se apresura a intentar quitárselo de encima — ¡Pero qué gustazo verte querido hijo!

El señor Wood se ve muy elegante, un traje y una corbata lo acompañan. Es muy alto, incluso más alto que mi novio. Entonces, el señor Wood deja caer sus ojos en mí y repasa su mirada con confusión.

—Ah —se apresura a decir Eric —. Pa, ella es mi novia, Anabeth Michaels.

—Oh —responde su padre al mismo tiempo que esboza una sonrisa —. Hombre, pero mira nada más que mujer más guapa.

Sonreí apenada y le extendí la mano.

—Señor Wood...

—Ah, no —me interrumpió —, por favor, dime suegrito.

Eric se esfuerza en sacar una carcajada del mismo calibre que su padre.

— ¡No has perdido el tiempo pequeño capullo! —Se rio Spencer al mismo tiempo que le dio unos golpecitos en el hombro a su hijo — ¡Venga! Es hora de visitar mi hogar.

Eric coge el equipaje de su padre y con algo de incomodidad dice:

—Pensaba en una cena en un restaurante, papá —le comunicó —, me gustaría que conozcas a Ana un poco más.

— ¿Ana? ¿Tu novia? Ah, ya tendré un mes completo para conocerla bien. Ahora llévame al Centro.

Yo sonrío, puesto que en el Centro están esperando al señor Wood con una gran sorpresa. No entiendo por qué Eric se esmera en que se ausente.

—Está algo fuera de control hoy —dice Eric mientras caminamos hacia su camioneta.

— ¿Y? Seguro ha explotado por mi llegada —se ríe fijándose en mí, parece intentar sacarme una carcajada así que yo le sigo la corriente —. Todos explotan al verme —me dice —, es muy divertido. Anda, llévame, hijo.

—Sí. Eric... —interrumpo —, llévanos.

Eric gira los ojos y tras unos segundos de vagar su vista por el lugarasiente.

Ruina Mental: Dorian Gray ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora