Capítulo 69
Anabeth
Las gotas de lluvia pegándose a su piel, su precioso y perfecto cabello cayéndole con delicadeza en su frente... Todo parecía transcurrir en cámara lenta. Todo parecía ser una película.
Era irreal.
No pude evitar abrir los ojos mientras Dorian me besaba, a pesar de que probablemente ese era el momento más maravilloso de toda mi vida y debía disfrutarlo como nunca, no pude evitar abrir los ojos y asegurarme de que él realmente estuviera besándome.
Dorian Gray había vuelto. Mi Dorian había vuelto.
Su tacto en mi piel era increíblemente placentero..., se sentía justo como la primera vez que lo había hecho, su beso era como estar pecando en el mismo cielo..., aquello simplemente era mágico y ese pequeño momento me hizo saber que estaba enamorada.
Durante toda mi vida me reproché a mi misma sobre el amor, pensaba que quizá nunca sentiría aquel sentimiento del que todo el mundo hablaba..., mi madre nunca me ayudó a descubrir de qué se trataba y aquello definitivamente me había marcado, según yo, de por vida. Sin embargo, aunque Dorian y yo no vivimos el típico sueño de un amorío perfecto, yo estaba enamorada..., jodidamente enamorada.
—¿Qué hacemos ahora? —le pregunté en medio de risas sin quitar mis brazos de su cuello.
Varias gotas de lluvia se deslizaron por su melena y terminaron cayendo en mis labios, así que él se deshizo de ellas con su dedo mientras me sonreía con una ternura indescriptible... una ternura propia de Dorian.
—No deberías de preguntar eso, Ana.
—¿Por qué no?
—Porque ni siquiera yo sé qué haremos ahora —ambos reímos —, sabes, creo que tú y yo deberíamos dejar que el destino nos guíe.
—¿Qué pasa si el destino no quiere que estemos juntos? —Pregunté, casi en un intento de broma, sin embargo, lo decía con algo de miedo.
—Pues que le den.
Me escondí en su pecho para poder reírme.
—Ana —resopló haciendo que llevase mi vista hacia él otra vez —, te amo, ¿vale?
Esperaba que él supiera lo bien que se sentían aquellas palabras cada vez que las pronunciaba.
—Y yo a ti.
—No quiero que dudes de ello nunca, no importa qué suceda de hoy en adelante, siempre recuerda eso...
—Nunca lo dudaré, Dorian.
Él se empezó a deshacer de su saco tras quitárselo me lo colocó en los hombros.
—Por ahora, es mejor que busquemos un lugar seco y no estemos como dos locos a mitad de la calle.
—¿Acaso no lo estamos? —Le pinché.
Anabeth
Habían pasado cuatro meses desde la última vez que vi a Dorian. Las primeras semanas fantaseamos con la idea de escapar juntos e irnos a París, Francia. Sin embargo, ambos sabíamos que a pesar de lo locos que estábamos no podíamos correr ese riesgo. Por lo tanto, tras aquello pasamos las mejores semanas juntos, fue como un sueño, el sueño que siempre quise vivir.
Después de aquellos momentos juntos supimos que teníamos que ocuparnos de nuestra vida real, así que yo volví a California solo para arreglar las cosas con mi madre y ver por última vez a Marcos. Tras conseguir hacer las paces con ella todo cambió, un peso se fue de mi vida... y supongo que era el último problema que me hacía falta solucionar.
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Ruina Mental: Dorian Gray ©
Ficción GeneralTras ser diagnosticado de estrés postraumático; Dorian Wolfe Gray es trasladado al famoso centro de rehabilitación HELPWOOD en Washington, donde conoce a Anabeth Michaels, una pasante en el centro. Ambos se sumergen en un mundo lleno de peligros, i...