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Antes que nada, les agradezco su participación en la dinámica de ayer. Con este capítulo seguro llegamos a las 15K y sólo puedo pensar en agradecer y agradecer una y otra vez. Gracias, son los mejores :")

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Para ser sinceros, ese canal en la TV no era muy entretenido, mucho menos el programa que veían, pero ambos chicos estaban más que satisfechos con eso porque al haberse aburrido, se habían notado el uno al otro y la sesión de besos había iniciado.

Esa cita en día jueves era una de las más recientes que habían tenido con el permiso de los señores Urie después de que tanto Boyd como Grace supieran en qué tipo de relación estaba su hijo con Weekes. Ellos sabían que Brendon estaba en casa de su novio, pero no tenían idea de que ahí no había nadie más que Dallon, y Leann sabía que su hijo se había quedado solo, mas no estaba enterada de que había invitado a Brendon a la casa. De alguna manera se habían dado las cosas para juntarlos ese día sin que nada ni nadie los pudiera interrumpir. Ellos no habían tenido intenciones de hacer algo "inapropiado", de hecho, eso jamás pasó ni por la cabeza de Dallon, pero ahí estaban ambos, con la oportunidad en sus manos y la televisión encendida para pretender otra cosa.

Tardaron un largo rato para darse cuenta de que contaban con el escenario perfecto para un poco de acción. Cabía mencionar que se encontraban en una posición poco común en ellos, pero que era muy práctica para lo que se vendría; el castaño estaba acostado en el sofá, su cuerpo ocupando todo el espacio, y su pequeño, sin más alternativas, se había recostado sobre él de manera que su cabeza había permanecido recargada en el pecho del otro. Estaban abrazados el uno al otro, sólo que al besarse, los brazos de ambos se movieron, aunque los de Dallon lo hicieron de una forma distinta.

De sujetar la cintura del menor, sus manos pasearon por sus caderas y siguieron bajando, así hasta llegar a los muslos y apretar ligeramente. Urie sintió un cosquilleo recorriéndole la columna, pero no se quejó de eso. Es más, continuó el beso sin importarle en lo más mínimo lo anterior. Esto sólo provocó que el más alto continuara, dando el siguiente paso con sus manos subiendo hasta detenerse en el trasero de Brendon y apretarle un poco. El azabache trató de no reaccionar a eso, pero esta vez no pudo evitar exclamar de sorpresa.

Al oírlo, Weekes se detuvo y lo miró dudoso. Brendon tenía el rostro rojo y en sus ojos había un rastro de pena, pero la tímida sonrisa que empezaba a formar daba a entender otra cosa. Curioso, Dallon alzó una ceja y esperó una respuesta concreta. Lo que obtuvo fue un rápido beso en la mejilla y luego escuchó a su niño hablando.

— Estoy bien con eso, Dall, descuida.

— ¿Lo dices enserio, pequeño? — Preguntó incrédulo.

— Sí, enserio. — El agarre sobre el cuello de Dallon se hizo aún más fuerte debido a que el rostro sonrojado del más bajo buscaba un refugio. — Y — Agregó en voz baja, la vergüenza desfilando indiscreta en su tono. — si quieres seguir, p-puedes hacerlo.

— ¿Qué?

— No me hagas repetirlo, escuchaste bien. — Respondió con pena.

— Lo siento, es que... — El castaño estaba asombrado. — ... creí escuchar que me pedías continuar con eso.

— ¿Lo ves? Sí me escuchaste.

— ¿¡De verdad dijiste eso!?

Brendon río bajo.

— Sí, Dally. Lo dije.

— Brenny, no juegues conmigo.

— No juego.

Handsome Brother •• BrallonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora