There's nowhere else that I'd rather be than with you

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Canción: Shelter
Artista: Finneas

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En todo el día, Dallon no había salido de su habitación, ni siquiera para desayunar, por eso ahora estaba hambriento. A eso del mediodía, Brendon le envió un mensaje y así empezaron a hablar de tantas cosas. Weekes le contó lo que anoche le había dicho su madre y Brendon lo compadeció por eso. También se le escapó decirle que no había comido nada ese día, lo cual realmente alarmó a su novio y lo convenció de volver a su casa donde seguramente tanto Boyd como él le prepararían lo que fuera que él deseara.

Sin más preámbulos, el castaño aceptó y guardó su teléfono en el bolsillo de su chaqueta. Ya estaba listo para salir, pero no lo haría por la puerta del frente. Ni loco atravesaba aquella sala donde quizá encontraría la cara que no quería ver. Como una vez mencionó a su niño, hubo un tiempo en el que salía por la ventana de su cuarto por las noches para asistir a reuniones y fiestas de las que sus papás no estaban enterados. Si nunca lo descubrieron cuando era más joven y menor de edad, ahora poco importaba si lo hacían. Es más, hasta podía escapar y no volver si así lo quería, aunque obviamente no lo quería porque todas sus cosas seguían en su dormitorio.

En fin, bajó cuidadosamente y aterrizó en el patio trasero. Tuvo que agacharse demasiado al pasar por un lateral de la casa sin ser visto desde dentro, aunque era poco probable que lo vieran porque de ese lado estaban las ventanas del baño de abajo y de la cochera, y todas esas estaban un poco altas; aunque él podría ver fácilmente a través de ellas, el resto de su familia no y eso era lo que importaba. Ya que había salido por el lado de la cochera, tenía una ruta más simple para seguir su camino sin ser descubierto. Avanzó cada vez más y en menos tiempo de lo esperado ya se hallaba en el territorio de la casa de al lado, lo cual lo hizo sentir aliviado.

Luego de vaciar el aire contenido en sus pulmones, tomó rumbo hacia la casa de los Urie. Le hubiera gustado tomar el auto, pero tenía prohibido usarlo y eso era de las pocas cosas que solía respetar; si se llevaba en auto, fácilmente se darían cuenta de que se había ido y eso no era más que una gran desventaja en estos momentos. Por lo tanto, prefirió andar a pie. Caminar nunca le molestaba, al contrario, le beneficiaba físicamente y justo ahora no tenía prisa. Podía ir tranquila y lentamente si él lo quería.

Se llevó casi quince minutos en llegar a donde debía, menos tiempo del que había esperado. Unos segundos después de hacer sonar el timbre, el señor Urie le abrió y lo invitó al interior. Se saludaron estando dentro, luego Brendon salió corriendo de la cocina en dirección al castaño y lo abrazó fuertemente. La razón por la que se separó de inmediato fue el ruido que hizo el estómago de Dallon y ambos Urie se apresuraron a servir la comida que habían preparado especialmente para Weekes.

Dallon se sentía tan afortunado teniendo frente a él un banquete hecho por su novio y el padre de éste.

— ¿Qué hice para merecer esto?

— No hables y come de una vez, tienes que hacerlo. — El más bajo se sentó a un lado de él e incluso acercó su silla a la que el ojiazul ocupaba. — Yo te acompañaré, empieza.

El castaño acató la orden y tomó su tenedor. Probó la primera ensalada y luego la segunda, seguidas de una galleta salada con puré de papa untado. En medio del deleite de su paladar no se dio cuenta de que Boyd llegó también a la mesa y se sirvió un poco de ensalada en un plato.

— A juzgar por sus caras, — El viejo señaló a Dallon. — esto quedó delicioso y no pienso quedarme con el antojo.

— Ustedes coman y disfruten. — Permitió el amable Brendon. Si su madre estuviera ahí y viera a esos dos derritiéndose por la comida que mayormente Brendon preparó, seguramente se sentiría orgullosa de él. Pero no, Grace estaba trabajando y no descansaba hasta el día veinticuatro y volvía a laborar el dos de enero.

Handsome Brother •• BrallonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora